Doña María Joaquina Armenta Urbano, impulsora de la gastronomía poblana en el tradicional Pasaje Ignacio Zaragoza del Portal Hidalgo, durante 56 años, falleció la víspera por la noche.
Arribó durante su mocedad, al corazón de Puebla, para vender sus tacos de milanesa, papas, rajas, de lengua, de pata capeada, de arroz con huevos duro, chilpotle con queso pero en la época de cuaresma sus tacos de torta de camarón se convirtieron en una verdadera copa del mundo culinaria.
A lo largo de más de cinco décadas, por su puesto de canasta en donde arropaba las viandas, con un par de manteles bordados a mano, pasaron presidentes municipales de Puebla de "buen diente" como el flaco Rafael Cañedo, Luis Vázquez Lapuente, Eduardo Cué Merlo, Miguel Quiroz Pérez, Victoriano Álvarez García, Armando Carrillo Sánchez, Guillermo Pacheco Pulido, Marco Antonio Rojas Flores, Gabriel Hinojosa Rivero, Mario Marín Torres, Luis Eduardo Paredes Moctezuma, Enrique Dóger Guerrero, Blanca Alcalá Ruiz, Luis Banck Serrato y hasta Eduardo Rivera Pérez, para comerse no uno sino hasta dos suculentos tacos.
Este día, su hija Marisela García Armenta, en compañía de sus hermanos y su esposo, colocó una ofrenda floral acompañada de la fotografía de doña María Joaquina en el lugar a donde llegó hace 56 años para convertirse en parte de la historia gastronómica de la Angelópolis.
Doña María Joaquina fue madre de 11 hijos, un equipo de fútbol pero a todos los sacó adelante con su trabajo matutino y de horas de mucha chamba por las madrugadas para llegar con su comida y sus guisos bien calientes para saciar el hambre del comensal.