Recientemente nos preguntamos en este mismo espacio ¿A quién necesita sacar de la cárcel AMLO?, ¿Por qué urge que los legisladores cumplan con esta reforma?
Las prisas en el Senado, donde Morena cuenta con la mayoría simple para darle ese súper poder al Ejecutivo federal, ocasionaron varios tropezones, uno de ellos muy serio en la discusión y aprobación de dos dictámenes en Comisiones.
Las votaciones fueron muy atropelladas, en parte por la mala idea de hacer híbrida una sesión en donde se discutían dos temas muy delicados: la amnistía y los amparos.
Y en otra parte porque la tecnología en nuestro país no garantiza una adecuada comunicación entre un senador que está gritando su voto, a través de su teléfono, para que lo escuchen en una sala, en donde conviven 20 personas.
Escuchar a distancia la sesión, en vivo o en demanda, es complicado. Tomar los votos también y más si se tiene que estar repitiendo el nombre de la o el senador, si a cada uno de los que están en línea se les tiene que repetir que prendan sus respectivas cámaras y si es necesario, como en el caso del senador Narro, que hasta se haga un estilo de videollamada y después colocar el celular junto al micrófono para casi casi arrancarle un voto a favor.
En este caos, lo cierto es que Morena y sus aliados tenían los números para mayoritear a la oposición, aunque no hubo más que una o dos personas que pudieran argumentar su posicionamiento a favor de ambos proyectos.
Por el lado de la oposición, los discursos parlamentarios fueron interesantes y explicaban por qué es inadecuada una Ley de Amnistía nueva, así como las modificaciones a los amparos, pero los votos no les alcanzaron.
Ayer en el Pleno, los integrantes de la Comisión de Justicia, los de oposición, reclamaron la falta de aseo en el proceso legislativo, el uso de videollamadas, pese a que existe un sistema para computar los votos a distancia, la no contabilización de las ausencias y también dejaron entrever una posible alteración en los votos.
En otras palabras, acusaron que el día de la votación, el pasado 10 de abril, no se alcanzó la mayoría en la Comisión de Justicia, y que el dictamen que hoy tiene las firmas estampadas, podría haber sido alterado después de que finalizó la reunión.
De ahí que regresemos a las preguntas, ¿Cuál es la urgencia por aprobar una ley que le permita a AMLO sacar de la cárcel a cualquier persona?, ¿A quién le urge liberar?
Los “errores” de Nacho
Puebla conoce muy bien esos “errores” legislativos en donde los diputados aprueban una cosa y al final en los documentos oficiales se publican otras líneas.
En el sexenio de Rafael Moreno Valle sucedió, por ejemplo, con la llamada Ley Bala, que a la postre costó la vida de un menor y dejó heridos e incapacitados a más de una docena de personas por el Caso Chalchihuapan.
Ese “error” -entre lo aprobado y lo publicado- no tuvo nada de humano.
Ayer, Nacho Mier se atrevió a decir que las 12 diferencias entre lo que se aprobó en las comisiones y lo presentado por la Gaceta Legislativa eran un “error humano” y que no era con dolo.
¿No era con dolo?
Una de las pequeñas diferencias, léase la ironía, es que en lugar de agandallarse las cuentas inactivas de las Afores, pasarían a tomar todas las cuentas, las activas y las no reclamadas.
¿De verdad no había alevosía ahí?
Uno tiene sus reservas.