La noche de ayer asistí a un foro de periodistas organizado por el INE, en el que alterné con Viridiana Lozano y Rodolfo Ruiz.
Ahí decido hablar del tema medular de la jornada electoral que se aproxima de manera acelerada: ¿Qué nos jugamos en esta elección?
Desde la autonomía del Poder Judicial hasta la existencia de organismos como el INE, pasando por el equilibrio de Poderes, la custodia de fideicomisos y la libertad de prensa, son parte de las situaciones delicadas que nos estamos jugando los mexicanos, con nuestro voto el próximo 2 de junio.
Lo ha advertido Andrés Manuel, la 4T y hasta la candidata presidencial por Morena, Claudia Sheinbaum. Quieren todo el poder, quieren gobernar los tres ámbitos, hacerse de las mayorías calificadas en el Senado y en la Cámara de Diputados.
El famoso Plan “C” permitiría a los morenistas -en su segundo piso- contar con los votos necesarios para desaparecer el INE o modificarlo por completo; eliminar el instituto de transparencia; adueñarse de los recursos de las afores, fideicomisos y otros fondos; mantener el ataque sistemático contra las voces críticas al gobierno y la desacreditación de los medios de comunicación.
En resumen, la democracia está en riesgo. Le guste o no a López Obrador, la división de Poderes y los organismos autónomos que sirven de contrapeso al gobierno son parte de los derechos humanos y las garantías que se deben defender en países democráticos; por el contrario, en los autoritarios, son las primeras suspensiones que se ordenan.
Para evitar que Morena mantenga la Presidencia, se requiere de una votación atípica, ya sea por el alto grado de participación, como la que le dio la alternancia a Vicente Fox en el año 2000 o la que logró Rafael Moreno Valle en Puebla, en 2010.
También se podría esperar que por primera vez en la historia del país y del estado de Puebla se realice un voto cruzado de manera masiva, es decir, que se le otorgue la confianza para la Presidencia de la República a una coalición, para la gubernatura a la otra y finalmente en las diputaciones y presidencias municipales el voto sea más por los personajes que por los partidos que los postulan.
Un caso que empieza a manifestarse es el de Veracruz, en donde las preferencia por Sheinbaum superan a Xóchitl, mientras que para la gubernatura las tendencia se cargan hacia Pepe Yunes por encima de Rocío Nahle.
Sin embargo, en estados como Puebla las tendencias parecen uniformes en favor de Sheinbaum y Armenta.
Es evidente que ese voto diferenciado para equilibrar el poder en el Congreso Federal implicaría una muestra de madurez política de los mexicanos que hasta hoy, yo francamente no veo.
Aunque existen algunas células ciudadanas que auguran una nueva e interesante activación social, todo indica que conseguir esa votación atípica es una misión imposible, ¿Lo logrará Xóchitl Gálvez?
Veremos y diremos.
Morenista duda del Fondo de Pensiones
La diputada morenista por Puebla, Inés Parra Jiménez, regateó su voto a la iniciativa de Nacho Mier para la creación del “Fondo de Pensiones para el Bienestar” y junto con la legisladora Lidia García Anaya, apostó por la abstención.
La legisladora de la Mixteca, que ha criticado a los caciques del Movimiento Regeneración Nacional, no fue medida en las recientes encuestas y tampoco se le permitió ser candidata para buscar su segunda reelección consecutiva.
La tibieza de la morenista contrasta con la firme negativa que mantuvieron en San Lázaro los diputados de oposición: Blanca Alcalá, Humberto Aguilar, Carolina Beauregard, Javier Casique, la suplente de Ana Teresa Aranda, Carolina Morales García.
Mientras que el diputado federal del PRI, Lázaro Jiménez Aquino, se ausentó de la reñida votación.