A escasos 15 días de que concluyan las campañas, la propuesta de un segundo debate resulta algo que se acerca más a un disparate que a una oferta real.

El reto lanzado tenía un dardo envenenado, pues dejaba la oportunidad a que, tomando las cosas con seriedad, Alejandro Armenta se enganchara y lanzara un rotundo no.

El costo político y la narrativa de la oposición, entonces sería: no quisieron debatir.

La solicitud que oficialmente presentó el equipo de Lalo Rivera anoche ante el IEE caminará su cauce, pero no existen las condiciones presupuestales, para llevarlo a cabo.

Tampoco alcanzan los días para realizar los preparativos que se necesitan para este tipo de encuentros, desde asuntos técnicos como luz y sonido, hasta logísticos como enviar las invitaciones y divulgar el encuentro.

En resumen, el ramo de flores que en mofa ofreció Armenta llevarle a Lalo deberán esperar otro momento, porque en Puebla no podremos tener un segundo debate, pese a que se trataría de un evento que podría generar una alta expectativa.

Al final, el tan manoseado segundo debate será una más de las anécdotas electorales que este 2024 nos dejará a los poblanos. Ni más ni menos.

Marea Rosa, CNTE y la Bandera

La marcha de la Marea Rosa enfrentará la rabia del inquilino del Palacio Nacional.

Hasta anoche sus plomeros, los integrantes de la CNTE, continuaban apostados en sus casas de campaña en la plancha del Zócalo y no había ninguna señal que hiciera pensar en que avanzarán en los acuerdos para suspender el “plantón indefinido”.

Con esa burda estrategia, AMLO pretende “espantar” a quienes marcharán el próximo domingo en apoyo a los candidatos del frente opositor, principalmente a Xóchitl Gálvez.

Sin embargo, la estrategia lejos de estar dando los frutos esperados, está generando una mayor indignación entre quienes ya cuestionan su gobierno.

La Bandera será uno más de los símbolos que AMLO pretenda arrebatar a los asistentes y para ello, los organizadores también tienen el antídoto: han pedido que cada ciudadano lleve su propia Bandera.

Como lo comenté en este mismo espacio, la marcha de la Marea Rosa será definitiva en la cuestión de percepción.

¿Alcanzará?

Veremos y diremos.