En la recta final de las campañas, Alejandro Armenta y Lalo Rivera han comenzado a dar una serie de cifras sobre el número de votos que aspiran alcanzar.
La danza de las cantidades comenzó con los 2 millones que ofrecía el candidato de Morena, quien recientemente se pronunció por alcanzar 1 millón 700 mil sufragios. Una cantidad muy similar a la que ayer estimó Lalo Rivera, quien apuesta por obtener 1 millón 750 mil simpatías.
Más allá de los cálculos de ambos, hoy le presento el número mágico, que asombrosamente no está precisamente en los votos, sino en el porcentaje de ciudadanos que decidan sacudirse la apatía, reportándose en las urnas el próximo 2 de junio.
En un análisis puramente matemático podemos observar que para que cualquiera de los candidatos obtuviera 1 millón 700 mil votos, con el que sus equipos sueñan, se requeriría de una participación altísima, casi 13 puntos arriba del 57 por ciento que se registró en 2010 cuando ganó Rafael Moreno Valle; incluso se debería tener una votación atípica que superara la ola lopezobradorista que en 2018 sumó al 67 por ciento de la lista nominal en Puebla.
Y no es ningún secreto que el abstencionismo es y será el verdadero enemigo a vencer en las urnas.
Vayamos a la frialdad de los números tracking en mano.
Hasta enero de este año, la lista nominal del estado era de 4 millones 943 mil 804 ciudadanas y ciudadanos, redondeándola, en Puebla, las personas con capacidad de votar alcanzan algo así como 5 millones de personas.
Con la más reciente medición del tracking de Solmoirago e Intolerancia Diario, que diariamente hemos presentado, podemos ver que se requeriría una participación del 70%, es decir que 7 de cada 10 ciudadanos salieran a votar, para que al cruzar las preferencias del puntero (Alejandro Armenta) con el porcentaje de votantes se alcanzara la cifra prometida.
Fuera de ese escenario, alcanzar el millón 700 mil votos que ambos candidatos anhelan se ve simplemente como una misión imposible.
Siendo realistas, quien se alce con la victoria, lo hará con una cifra que rondará entre el millón y medio y el millón 700 mil votos y eso esperando una votación alta, del 65 por ciento.
¿Voto oculto?
Antes de que usted celebre o descalifique el análisis sepa que este ejercicio matemático sólo busca entender cuál es el universo de votos en Puebla y que tiene un tope, por lo que las proyecciones de ambos candidatos, más allá de para dónde se inclinen los indecisos o se ejerza el llamado voto oculto, simplemente están muy optimistas.
Esta tabla nos revela la proyección de votos en tres escenarios de participación distintos y de ahí difícilmente se moverán.
Los números no mienten.