Desde el 15 de diciembre de 2022, cuando Sergio Salomón rindió protesta como gobernador sustituto, el trabajo para lograr la reconciliación, paz y gobernanza en Puebla, ha sido uno de los ejes fundamentales.

En la entidad, sumamente compleja por la cantidad y diversidad de municipios, existen casos como el de Coyomeapan o los alcaldes de Zapotitlán de Méndez y Acteopan, sin embargo, en términos generales el estado hoy goza de una paz, estabilidad y gobernabilidad.

Y habló del presente porque hace un par de años, el estado se encontraba en un escenario completamente distinto. A la vorágine de contar con varios gobernadores en un corto periodo de tiempo, se sumaron las acciones autoritarias que aplicó la administración de Miguel Barbosa, como la constante división entre “los buenos” y “los malos”.

Alcanzar la reconciliación en todos los sectores de Puebla no ha sido fácil, pero el ánimo de Sergio Salomón ha logrado esa paz relativa.

El gobernador tiene claro que históricamente el periodo de cambio de autoridades municipales ha sido el foco rojo y el punto de quiebre de muchos ayuntamientos. Conocemos casos donde lo mismo se cierran carreteras que se toman alcaldías simplemente porque una parte de la población no reconoce el triunfo de la nueva autoridad e incluso los propios perdedores de las elecciones alientan a sus huestes para desestabilizar los territorios.

Faltando aún más de tres meses, el gobernador sabe que los procesos de entrega-recepción en la entidad, más de 200, deberán contar con la voluntad de las autoridades salientes, también con el buen ánimo de quienes llegan a tomar el poder, muchos de ellos afines al gobernador electo, Alejandro Armenta.

El trabajo para lograr la transición municipal ordenada y sin focos rojos ha comenzado y también incluirá a todos esos candidatos que se sintieron “robados” por no lograr el triunfo en las elecciones recientes. Algunos de esos candidatos podrán ser controlados por la fuerza natural que hoy tiene el gobernador electo y para ello se requiere de un trabajo conjunto, que genere transiciones con acuerdos políticos que privilegien la gobernabilidad en el estado.

No es fácil. Puebla es el estado con mayor número de municipios de la elección pasada y en algunos de ellos como, en la zona de Chignahuapan, el Triángulo Rojo, Teziutlán o Izúcar de Matamoros, operan intereses afines con el crimen organizado.

Por ello, habremos de ver si los operadores del gobernador Salomón y también los colaboradores de Armenta logran, en conjunto, atemperar las aguas.