En un comunicado, el INAH también dio a conocer que a decir de los especialistas, ambas piezas estarían evocando uno de los pasajes del “Popol Vuh”, libro sagrado de los mayas, relativo a los gemelos divinos.
La escultura en piedra, descubierta hace unas semanas, representa la figura casi completa de un jugador de pelota (de forma cilíndrica y dimensiones de 1.75 metros de alto y 56 centímetros de diámetro).
Fue localizada en el costado sur del lateral poniente de la cancha del Juego de Pelota, a 1.40 metros de profundidad, durante la temporada de excavaciones que encabezan los arqueólogos Peter Jiménez y Laura Solar, quienes consideran que dada la posición en que se encontró, debió caerse, tras el derrumbe de un muro por efecto del paso del tiempo.
Esta caída provocó el desprendimiento de la parte correspondiente a la cabeza, y de la que hasta el momento sólo se ha ubicado un fragmento que pertenece a la sección de la oreja.
La fractura demuestra que la escultura —que data del 900-1100 d.C.— tenía continuidad por arriba de los hombros, pues se observa parte del cuello del jugador de pelota.
El Cerro del Teúl —símbolo del poblado zacatecano de Teúl de González Ortega, limítrofe con Jalisco— es uno de los pocos sitios en América que tuvo una ocupación ininterrumpida de 200 a.C. a 1531 d.C.
Expertos coinciden en que el sitio fue el centro ceremonial por excelencia de los caxcanes, uno de los grupos más aguerridos contra los conquistadores españoles y a quienes estuvieron a punto de derrotar en la famosa Guerra del Mixtón.
El arqueólogo Luis Martínez Méndez, encargado de las excavaciones en la cancha del Juego de Pelota del Cerro del Teúl, explicó que ambas esculturas encontradas en este espacio son únicas en su tipo en todo lo que fue Mesoamérica.
Únicamente se han descubierto otras esculturas de este tipo en canchas de juego de pelota de sitios del área maya, como Toniná, en Chiapas, pero en tales casos las tallas representaban a cautivos y no a jugadores.
Sobre el posible significado de que una escultura fuera esculpida sin cabeza (la de 2010), y la otra completa, el especialista comentó que es probable que ambas aludan a un mito muy difundido en el área mesoamericana y que ha llegado hasta nuestros días referido en el libro maya Popol Vuh.
De acuerdo con ese texto, los gemelos divinos Hunahpú e Ixbalanqué fueron llamados por los Señores de Xibalbá. En su camino hacia el mundo subterráneo, los hermanos debieron sortear duras pruebas al pasar por distintas casas, y en la denominada Casa de los Murciélagos, uno de los gemelos, Hunahpú, resultó decapitado.
Más la astucia y habilidad de Ixbalanqué no tardaron en hacerle volver a la vida, engañando de paso a los Señores de Xibalbá en la cancha de juego de pelota.
Ambas esculturas de la cancha de Juego de Pelota del Cerro del Teúl muestran el brazo derecho sobre el pecho, y el izquierdo sobre el abdomen. Resalta la parte de los hombros, lo que hace suponer que recrean el atavío con hombreras para protección, así como un yugo o faja en las caderas, aparte de un faldón que cae casi hasta los tobillos.
Luis Martínez explicó que esta segunda escultura fue localizada durante trabajos de liberación de la mitad sur de la cancha de Juego de Pelota en El Teúl, de manera que se realizó un pozo de sondeo en el lateral poniente para conocer los estratos arqueológicos, así como para corroborar la existencia de otra talla más, similar a la que ya se había encontrado.
Esta suposición —dijo— parte de lo que dejó asentado en el plano del Conjunto Oriente del Cerro del Teúl, el ingeniero geodésico alemán Carl de Berghes, a mitad del siglo XIX, donde se observan varias construcciones prehispánicas, entre ellas la cancha de Juego de Pelota, en cuyos cuatro extremos hizo referencia a igual número de esculturas, marcando su posición con la letra a.
Comentó que de las dos esculturas restantes, sólo se han encontrado vestigios de una, posiblemente parte de un hombro, durante las excavaciones en la esquina noroeste de la cancha.
Respecto a las dos esculturas descubiertas en la parte sur de la cancha, el arqueólogo Luis Martínez explicó que tal vez se hallaban de pie en el lapso de funcionamiento de este espacio ritual.
Asimismo se desconoce hacia qué dirección estaban colocadas. No obstante, se prevé que las excavaciones continúen hacia la banqueta donde, de hallar los pies de la escultura —que aún están enterrados—, se sabrá el punto cardinal al que señalaba.
Dicha exploración deberá esperar, toda vez que restauradores de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH, realizarán maniobras para levantar y consolidar la escultura recientemente descubierta que, a diferencia de la encontrada en 2010, presenta diversas fracturas y fisuras.
Luis Martínez abundó que aún falta por excavar 15 por ciento de la cancha de Juego de Pelota del Cerro del Teúl (que mide aproximadamente 42-44 metros de largo por 6 de ancho), luego de lo cual se efectuará su consolidación, a fin de que sea uno de los espacios que el público pueda ver en este sitio que abrirá al público en 2012.
El investigador concluyó que la cancha de Juego de Pelota tuvo una primera etapa de funcionamiento entre 600-900 d.C., de manera que su muro lateral poniente fue tallado en el tepetate y la cancha era de tipo abierto, es decir, las banquetas tenían una cierta inclinación.
En la segunda etapa, entre 900 y 1100 d.C., la cancha se hizo de mampostería, con muros rectos y banquetas de losa.