Académico, poeta, tipógrafo y editor, son algunas de las profesiones con las que se conoció y recuerda al mexicano Alí Chumacero (1918–2010), hombre famoso por haber corregido para el Fondo de Cultura Económica varias obras, entre ellas “Pedro Páramo”, de Juan Rulfo.

A 93 años de su natalicio, el 9 de julio, es recordado el escritor y fundador de la revista “Tierra Nueva”. Se rindió homenaje al poeta mexicano en la Facultad de Economía, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el pasado 14 de junio.

Allí estuvieron los escritores Evodio Escalante y Blanca Luz Pulido, el periodista José Angel Leyva y el catedrático Rolando Cordera, quienes recordaron su calidad poética y calidez humana.

Chumacero nació en Acaponeta, Nayarit, el 9 de julio de 1918. Estudió su preparatoria en Guadalajara y desde 1937 se trasladó a la Ciudad de México, donde para 1940 fundó la revista “Tierra nueva”, que dirigió hasta 1942.

Fue redactor de la revista “El Hijo Pródigo” y de “México en la cultura”, suplemento semanal del extinto periódico “Novedades”, así como director de “Letras de México”.

Recibió la beca de El Colegio de México en 1952 y del Centro Mexicano de Escritores entre 1952 y 1953; y en 1964 se integró a la Academia Mexicana de la Lengua.

Se ha documentado que como autor, editor, redactor y corrector fue una de las figuras claves en la historia del Fondo de Cultura Económica, casa editorial para la cual laboró por más de medio siglo.

En 1953 editó la Poesía y prosa de Gilberto Owen y las Obras de Xavier Villaurrutia. Asimismo publicó: “Páramo de sueños” (1940), “Imágenes desterradas” (1948) y “Palabras en reposo” (1956).

Su obra poética fue reunida en 1981 en Poesía completa. En “Los momentos críticos” (1987) agrupó parte de sus textos en prosa, desde prólogos, hasta reseñas de obras y artistas.

Por su trayectoria como poeta recibió varios galardones, entre los que destacan el Premio Xavier Villaurrutia (1984), el Premio Internacional Alfonso Reyes (1986), el Premio Nacional de Lingüística y Literatura (1987), el Premio Estatal de Literatura Amado Nervo (1993) y la Medalla Belisario Domínguez, del Senado de la República (1996).

Además de la Medalla de Oro de Bellas Artes en 2008. Ese mismo año, el 24 de junio, recibió un homenaje, con motivo de su cumpleaños 90, en el Palacio de Bellas Artes.

Víctima de neumonía falleció a los 92 años el viernes 22 de octubre del 2010.

El domingo 24 de octubre del 2010 se rindió un homenaje de cuerpo presente a Chumacero, en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes.
De acuerdo al periódico “La Jornada”, era un recinto que el maestro nayarita frecuentaba no sólo como literato, sino como amante de la música.

Allí, el escritor Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, destacó que el artista fue autor de una poesía intensa y precisa, tallada hasta el límite de la perfección.

De igual manera, Labastida destacó que la obra poética de Chumacero, “en relación directa con su brevedad, su rigor y concisión, parece nacida del silencio”.

Chumacero es autor de una obra breve y de construcción deslumbrante, hecha de personajes, cuyas historias cristalizan en metáforas de profundidad a un tiempo feroz y dulce, en espacios sórdidos donde florece la vida.

Sus poemas son estructuras logradas después de muchas destilaciones, y las imágenes y desplazamientos conceptuales son de una dureza y una precisión inmaculadas.

A 93 años de su nacimiento, así es como se puede recordar a este artista mexicano.

NTX/BHR/AQF