La obra de Eliseo Alberto o Lichi, como era conocido, destaca por sus múltiples rutas en la creación literaria de Latinoamérica. Obtuvo el Premio Nacional de la Crítica en Cuba en 1983 por La fogata roja, en 1993 recibió el Premio Gabino Palma por Informe contra mí mismo y 1998 conquistó el Premio Internacional Alfaguara de Novela por Caracol Beach.
El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) lamentó su deceso y en un comunicado señaló que fue un hombre que buscó a través de las palabras el camino de la libertad.
Hijo del también escritor Eliseo Diego, Eliseo Alberto nació en Arroyo Naranjo, un pueblo cubano en 1951 y murió a la edad de 59 años.
Lichi egresó de la Universidad de La Habana en la carrera de Periodismo. En su experiencia dentro de este campo se desarrolló como jefe de redacción de la gaceta literaria El Caimán Barbudo y subdirector de la revista Cine Cubano.
Amante del ajedrez, al cual describió en algún momento como una de sus grandes pasiones de vida, Eliseo Alberto hizo de México su residencia desde 1990 y obtuvo la nacionalidad en el 2000.
En su creación poética destacan los poemarios Importará el trueno (1975), Las cosas que yo amo (1977) y Un instante en cada cosa (1979).
Mientras que en novela también escribió La eternidad por fin comienza un lunes (1992) y La fábula de José (2000). Una noche dentro de una noche (2006) recopila las entregas periodísticas que publicó en el periódico La Crónica de Hoy en su columna Rueca dentada.
Eliseo Alberto también tuvo un contacto directo con el cine, escribió el guión de las cintas cubanas Guantanamera, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea y El elefante y la bicicleta, de Juan Carlos Tabío.
En México hizo el guión de la nueva versión de Salón México que dirigió José Luis García Agraz y escribió la historia de La paloma de Marsella, de Carlos García Agraz.
Además de las letras, Eliseo Alberto ejerció la docencia, lo mismo en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba; el Centro de Capacitación Cinematográfica en México o bien en el Sundance Institute en Estados Unidos
En días pasados, su hija José María publicó en una red social que su padre se recuperaba de un trasplante de riñón y lucha contra su presión baja
Añadió que estaba controlado y sedado, pero escuchando cada detalle de los buenos deseos de sus seguidores y que todos sus familiares estaban atentos a su salud.
De acuerdo con María José, su evolución fue normal y dentro de los parámetros.
"Lichi sigue estable luchando con su riñón y batiéndose con su presión baja. Controlado, sedado, pero escuchando cada detalle de los buenos deseos de todos. Es un roble y seguro se montará en el crucero a escribir su última novela con todos sus personajes a bordo" escribió un amigo cercano de la familia en una red social.
Antes de ser internado, en su columna semanal que pública en un periódico capitalino, el autor cubano agradeció al personal médico que lo atiende, así como a la asociación "Ale" quien le ayudó a recibir la donación de riñón.
Asimismo, el escritor describió que tras esperar tres años para recibir el riñón que le fue trasplantado, recibió una llamada el sábado por la noche en la que le notificaron que una familia bondadosa aceptó donar los órganos de un pariente en situación terminal, él era uno de los ocho candidatos a recibir uno de sus dos riñones.
Por su parte, el cuentista Jorge F. Hernández también ha expresado su solidaridad con su compañero en una reciente publicación, en donde aseguró que:
"Inicia la eternidad de una nueva vida, donde en todos los demás órganos de su cuerpo ha de redactarse la nueva novela de su vida diaria, el ensayo de cada minuto, la crónica del instante, el reportaje de todos los atardeceres que le quedan por delante y los versos esporádicos que iluminarán cualquier insomnio".