La sonda, valuada en mil 100 millones de dólares, partió con éxito a las 12:25 horas (16:25 GMT) desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete Atlas V. Una vez en el espacio seguirá su rumbo por inercia y por atracción gravitatoria de los planetas.
El satélite de observación emprende un viaje de unos dos mil 800 millones de kilómetros rumbo a Júpiter y una vez que llegue orbitará sus polos cada 11 días para recoger información del planeta, cuyo diámetro es más de 10 veces el de la Tierra.
Se cree que Júpiter fue el primer planeta que se formó alrededor del Sol. La sonda está dotada con nueve instrumentos y varias cámaras para su estudio.
Uno de sus objetivos más importantes es averiguar qué se esconde bajo la aglomeración de gases que forman la superficie del planeta.
Los investigadores tratarán de determinar si Júpiter posee un núcleo sólido o si se trata solamente de un bola gaseosa hecha de hidrógeno y helio. Juno estudiará además su campo magnético y sus auroras boreales.
Una vez que llegue a Júpiter la misión de la sonda durará solamente un año y luego ésta se autodestruirá para evitar que se estrelle contra alguna de las lunas del planeta.
La sonda mide tres metros y medio de alto y tiene tres grandes paneles solares de nueve metros de largo cada uno, mismos que le permitirán captar la radiación del Sol para proporcionar energía a sus equipos.
“Estas misiones están diseñadas para descifrar algunos de los enigmas más difíciles de la ciencia planetaria sobre el origen y la evolución del sistema solar”, dijo Jim Green, director del la división de ciencia planetaria de la NASA en Washington.
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