La pornografía es un género marginado y despreciado pero venerado en secreto, un modelo de la represión en los medios y la ilusión de la libertad de expresión, aseguró anoche el escritor mexicano Naief Yehya (1963).
Entrevistado antes de una charla que ofreció en el Centro de Creación Literaria “Xavier Villaurrutia”, en esta ciudad, el también estudioso en efectos sociales de las nuevas tecnologías afirmó que la pornografía es el ejemplo más representativo de lo que se considera una cultura reprimida e increíblemente popular.
El también narrador y crítico cultural sostuvo que la pornografía por definición es el rechazo a todos los reconocimientos sociales como un género apropiado, es decir, es el género fuera de los géneros.
“Es un género parte, que no tiene ningún pedigree y elemento redentorio, ni nada que lo salve, simplemente es un entretenimiento reprobable por la moral, la religión, etcétera.
“La pornografía -añadió- representa mejor que ninguna otra expresión esa gama de productos humanos que no pueden redimirse por un valor intrínseco y cultural”, consideró.
Reconocido como uno de los mayores expertos en la relación cultura-sociedad-tecnología, el fenómeno pornográfico y la propaganda, recordó que la pornografía es uno de los géneros más populares, buscados y fetichizados, no sólo en México sino en todo el mundo.
Mencionó que este género refleja mejor la cultura de un pueblo que sus culturas oficiales. “La manera como se consume pornografía en un país, habla más de nuestra relación con la sexualidad, con el cuerpo, con las imágenes, con la censura y con la represión, que muchas otras cosas”, dijo.
Ingeniero industrial de formación y voraz lector de ciencia ficción, Naief Yehya dijo que la pornografía es, además, un género que habla a gritos acerca de la cultura de las naciones.
En cuanto a México, dijo que la situación ha cambiado en los últimos 20 años, toda vez que este género ha sido trastocado por las nuevas tecnologías como el Internet.
“Cuando el Internet llega y altera el orden del poder adquisitivo, cuando los productos más deseables y peligrosos para el orden social se vuelven gratis, el deseo y la necesidad de alcanzar ciertos materiales también cambian y eso es lo que vivimos en México, se dejó de tener esa marginalidad donde se podían conseguir esos materiales a riesgo social, monetario, de muchos tipos”, destacó.
Nacido en México y de ascendencia árabe, afirmó que en México existe un resquebrajamiento del orden censor, “lo cual no quiere decir que haya una liberación y que sea posible todo, sino que hay una especie de “pornificación de la cultura, es decir, la pornografía sigue siendo un elemento estigmatizado”.
Naief Yehya asume su obra como narrador con desconfianza y distancia; siempre provocativo, al momento de hablar de sí mismo, se niega a definirse como escritor y se declara más cercano a la cultura popular, al rock, a la tecnología e, incluso, a la pornografía, que a las cofradías literarias.
“No me considero un escritor, no comparto con ese gremio la pasión por la república de las letras, a mí me interesa más el cine, el rock progresivo y las máquinas”, señaló.
Como escritor, advirtió, no es nada y todo a la vez, excepto poeta. “Creo que no soy nada fundamentalmente, soy un poco de todo y eso es algo que a veces me jode un poco, pero no puedo ser de otra manera; paso del ensayo al cuento y de ahí a la novela. Lo que sí no hago ni bajo amenaza de muerte es escribir poesía”, concluyó.