En el acto, realizado en la Universidad del Claustro de Sor Juana (UCSJ), el ingeniero Slim Helú, agradecido y emocionado, dijo que aún cuando el reto del rescate parecía casi imposible, el proyecto contó con las condiciones necesarias para su realización gracias a la disposición de los gobiernos federal y local.
Apuntó que el éxito de proyecto no hubiera sido posible, sin el apoyo de los miembros del Consejo Consultivo, como el cardenal Norberto Rivera, el periodista Jacobo Zabludovski y el cronista Guillermo Tovar y de Teresa, quienes junto a él representan a la sociedad civil en este esfuerzo.
“El programa se veía poco posible, ya se habían hecho varios esfuerzos, pero ese reto se fue haciendo chico conforme hubo esa unidad de trabajo, solidaridad por resolver el problema, por parte del gobierno, la sociedad, civil, los inversionistas, el Claustro de Sor Juana y, por supuesto, por los vecinos del Centro Histórico”, aseguró el empresario.
Compartió que algunos de los objetivos de este proyecto, fueron elevar el nivel socioeconómico de la población, lograr las condiciones necesarias para su seguridad y los servicios públicos.
Aunque subrayó “fue muy importante pensar no en restaurar, sino en revitalizar. No sólo arreglar los edificios para que fueran museos y que a las cinco de la tarde la gente se vaya y quede todo como un cementerio, sino que se promovió que más gente estudiará aquí, y al mismo tiempo buscamos que hubiera más y población que lo habite".
“Que el centro vuelva a ser lo que fue hace muchos años y que es obviamente una reconversión de un centro degradado a un centro con mucho vigor, mucha energía, mucha vida fue lo planteado, seguiremos trabajando para que esto que se ha logrado en 10 años continúe mejorando”, concluyó el empresario.
La presea fue entregada por Carmen Beatriz López Portillo, rectora de la Universidad del Claustro de Sor Juana, quien reconoció que en la última década Carlos Slim ha entregado su voluntad para hacer de esto, que nació como un gesto de libertad, como expresión de responsabilidad y buena fe, una realidad y que el corazón de la ciudad recuperara la armonía de su ritmo y la fuerza de su latido.