Participaron en la sesión Jorge Solís Arenazas, Eduardo Huchín Sosa y Geney Beltrán. Narradores y críticos que compartieron su definición y sentir respecto a este trabajo.
Jorge Solís abordó algunas de las características de la crítica y de labor de los críticos literarios, quienes, dijo, con el paso del tiempo van construyendo su propia jerga, sus frases y calificativos para los puntos centrales a resaltar o no en un texto.
Además de relacionar de cierta manera el trabajo de escritura de los críticos con la de los autores de las obras literarias, ya que, dijo, es el mismo “crítico (quien) practica la bulimia”, pues se alimenta de los libros, las novelas, los relatos y, poco después los vuelve a desechar para juzgarlos. Para él, “la crítica evoca obras, las hace dialogar”.
En su turno, Eduardo Huchín consideró que los críticos “son como las parejas, sólo están de acuerdo en una cosa” y nada más.
La crítica, expuso, “nace de una inconformidad”, o de sospechas que surgen al ir leyendo un texto, al ir desenvolviendo frases y palabras de un relato, diciendo que debería ser de tal o cual manera para mejorar y ser más claros.
También afirmó que en el “mundo” de la crítica, “todo parecer estar en contra”, no hay obras perfectas que no se permitan contradicciones.
Y calificó a los críticos como “todólogos”, deben ser más que buenos escritores, saber más de tal o cual disciplina para poder abordar bien argumentos a favor o en contra de los textos a juzgar, aunque claro, los críticos (son seres que también) se equivocan”.
El escritor que cerró la plática fue Geney Beltrán, quien se centró mucho en la labor del Estado en cuanto a su desarrollo y motivación para difundir y ayudar a formar buenos narradores, criticando que, sólo se enfoque a formar selectos relatores y a muy pocos lectores, y por tanto pocos críticos.
Para este escritor, el crítico “no es un árbitro irrefutable”, sino un lector que ocupa la escritura para poder hablar de lo bueno y no tanto, de un texto literario.
También criticó el poco espacio que se le ha venido dando a la crítica literaria en medios impresos, “cada vez es más difícil encontrar espacios”, pero en este tiempo la alternativa más viable, dijo, “son las plataformas digitales”.
Y es que para Beltrán, la “web” es un amplio lugar en el que se puede expresar de manera clara y con argumentos las características interesantes y adecuadas para un texto literario.
Y cerró la sesión invitando a fomentar la lectura en los niños y adolescentes, permitiendo contar así, con más lectores y críticos.