"Las sandías son uno de los motivos más famosos de Tamayo, y una excusa del artista para usar rojos y naranjas vibrantes", dijo la directora del Departamento de Arte Latinoamericano de Sotheby's, Carmen Melián, sobre este lienzo pintado en 1950 y que pertenecía a la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
Según la experta, Tamayo era "un gran colorista que mezclaba tonos inesperados", algo que se puede ver en otras de sus obras, como "Frutero y dominó" (1928) que se vendió en esta puja a un precio de martillo de 440.000 dólares.
En este lienzo, que se adjudicó por encima del estimado inicial de entre 275.000 y 375.000 dólares, el pintor retrató una vistosa naturaleza muerta con tonos rojos, rosas, naranjas, azules y verdes.
Sin embargo, otras obras de Tamayo no encontraron comprador, como "Tres figuras" (1966), que partía con una valoración de entre 750.000 y 950.000 dólares, o "Naturaleza muerta con cabeza (retrato de mujer)" (1932) valorada entre 300.000 y 400.000 dólares.
Otra de las obras que alcanzaron un precio más elevado en la puja fue "Serapim (White, yellow and green)" una representación cuidada y realista de unas telas elaborada por el pintor hiperrealista chileno Claudio Bravo (1936-2011), que se adjudicó por un precio de martillo de 825.000 dólares, a los que posteriormente se añaden los impuestos y comisiones.
Además, el retrato al óleo "La india del lago", de Alfredo Ramos Martínez (1871-1946) se vendió por 800.000 dólares, mientras que "Bonjour Monsieur Lam (Au commencement de la nuit)" (1959), del cubano Wilfredo Lam (1902-1982) se adjudicó por 560.000 dólares.
Del colombiano Fernando Botero, que nunca falta en las subastas de arte latinoamericano, se vendió por 520.000 dólares "Hombre con caballo" (2003), aunque no encontró comprador una "Venus" (1982) del mismo autor por la que Sotheby's esperaba recaudar entre 900.000 dólares y 1,2 millones.
Botero tuvo más fortuna en la puja del martes de Christie's, que adjudicó su escultura "Bailarines" (2007) por 1,7 millones de dólares, con lo que este artista se convirtió en el gran protagonista de su puja de arte latinoamericano de otoño.
En esta puja también se vendieron los lienzos de Botero "Pareja bailando" (1983), por casi un millón de dólares, y "Adán y Eva" (1993), por 662.000 dólares.
Los expertos de ambas casas de subastas coincidieron en señalar el interés que suscita el arte latinoamericano entre los coleccionistas en Nueva York, donde la semana pasada se celebró además la feria de arte latinoamericano Pinta y se inauguró una exposición en el MoMA sobre los murales de Diego Rivera.