Conrad Murray, el que fuera el último doctor personal de Michael Jackson y responsable de su muerte, va a cumplir la pena máxima que se podía imponer en un caso de homicidio involuntario, cuatro años de prisión, además de perder su licencia para ejercer la medicina. Esa fue la decisión del juez del Tribunal Superior de Los Ángeles, Michael Pastor, quien podía haber escogido una pena entre la libertad condicional y cuatro años de prisión, además de la pérdida de su licencia médica. “Murray carece de sentido de culpa y remordimiento, lo cual es un peligro”, afirmó Pastor.

Pastor comenzó su análisis del juicio afirmando que hay quien piensa que Murray es un santo y quien piensa que es el diablo, pero que Murray es un ser humano y que lo que ocurrió con Michael Jackson no es un caso de mala práctica profesional, sino una negligencia criminal. Para Pastor, quien pronto reconoció que no iba a concederle a Murray la libertad condicional, Michael Jackson falleció por lo que Murray hizo o dejó de hacer, por un conjunto de circunstancias y decisiones atribuibles a Murray y que pusieron en peligro a Jackson.

Antes de que el juez hiciera pública la sentencia, los abogados de ambas partes tuvieron la oportunidad de argumentar a favor y en contra de la libertad condicional de Murray.