Reconstruir una época a través de los fragmentos de vida de un individuo cuya característica fue ser el único hijo varón del Benemérito de las Américas, es el objetivo del libro “Por ser hijo del Benemérito. Una historia fragmentada. Benito Juárez Maza 1852-1912”, de la investigadora Esther Acevedo.

En entrevista con Notimex, realizada anoche en la Dirección de Estudios Históricos, previo a la presentación del material, Acevedo mencionó que este libro profundiza en la vida del primogénito de Benito Juárez García, quien fue presidente de México de 1857 a 1872.

“Estamos trabajando en historias como las de él y vamos a ir formando la del porfiriato, de la élite política, pues es bueno recoger este tipo de historias, no solo las imágenes de bronce”, explicó la investigadora.

Al respecto, recordó que Daniel Cosío Villegas aseguraba que había que historiar a todos los personajes menores para realmente comprender lo que fue la Revolución Mexicana.

Destacó que todos los aspectos que se abordan en este libro son inéditos, porque nunca se había escrito nada sobre este personaje y todo viene de un archivo personal de la familia Klerian, que incluye documentos y fotografías.

“Este proyecto me llevó cuatro años de trabajo intenso, pues incluye más de tres mil documentos, pero solo utilicé 600, lo cual quiere decir que hay material suficiente para otro tomo, que espero lo retomen otras personas”, apuntó Acevedo.

En la presentación del libro, Hugo Arciniega Ávila, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, mencionó que entre la rica selección de fotografías que se dan a conocer en la obra, le parece especialmente destacable aquella en donde Benito Juárez Maza, de cara ancha, ojos rasgados, y labios gruesos, aparece vestido con la ropa más apropiada para la práctica de la equitación.

El telón de fondo remite al observador a los extensos jardines de una villa italiana, en donde no faltan vasos y esculturas marmóreas.

“El sujeto mira fijamente a la cámara, mientras sostiene entre las manos un fuete, símbolo de género y mando. La autora informa que esta imagen proviene del prestigioso estudio que los hermanos Valleto, mantenían en la Ciudad de México”, dijo Arciniega Ávila.

Agregó que resulta obvia la intención de mostrar a un joven bien educado, saludable, gracias a la práctica de deportes; que conoce los códigos sociales frecuentes en los salones victorianos.

“No obstante, la Oaxaca milenaria se hace presente en el rostro de ese muchacho, el único sobreviviente de los tres varones que procrearon Margarita Maza y Benito Juárez García”, expresó el investigador.

Destacó que las fuentes de primera mano que asignan fundamento y novedad a los seis capítulos en que fue fragmentada esta historia de vida son: el archivo personal, la rica veta formada en los retratos, las dedicatorias, los libros y sobre todo las misivas.

“Las cartas un eficaz vehículo para aproximarse al modo de ser, a la psicología, a la costumbre imperantes en la época y a las obligaciones y derechos inherentes al hijo del Benemérito”, apuntó Hugo Arciniega Avila.