“Pelé” y “Puck” llaman la atención de todo aquel que los ve en las calles de Puebla.

Son dos de los 10 perros xoloitzcuintles que existen en dicho estado y de los de alrededor,de cuatro mil que todavía hay en el país, pues es una raza milenaria que aún no supera del todo el riesgo de extinción, ya que ha comenzado a revertirse con criaderos en el Distrito Federal, Mérida y Xalapa, Veracruz, además de los esfuerzos de particulares.

En la mitología azteca se creía que los xoloitzcuintles acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debía guiar.

Mientras que de las tres variedades, los más pequeños eran también utilizados como alimento por los aztecas.