Almacenados, de la mano del primer actor Héctor Bonilla, estremeció los cimientos del Teatro Principal con esa delicada amalgama de risas que llevan al llanto.

La obra tiene un ritmo matemático que contiene esos “mares” de mutismo llenos de significados, los sonidos describen la rutina diaria que mata con el transcurso de los minutos, de las horas y los años, cuando no se le encuentra un motivo a la vida después de 29 años de rutina. Al almacén que supuestamente produce mástiles llega el joven “Nin” —encarnado en Sergio Bonilla— quien deberá aprender de su maestro “Lino” las faenas diarias, sin embargo “Nin” descubre rápidamente que en ese almacén no pasa nada, que seguramente sirve para otras actividades ilícitas.

La esclavizante vida de un trabajo que denigra a la persona por realizar las famosas “horas-nalga” en donde los únicos ganones son los propietarios de las empresas y la banca usurera.

“Lino”, icono de la historia original del español David Desola, a lo largo de los cinco días de capacitación de “Nin” descubre junto a su alumno puntos convergentes que los unirá a pesar de la diferencia de edades. Desperdiciar la vida en sus trabajos esclavizantes es el factor común de la puesta en escena que pide a los espectadores reflexionar sobre sus vidas.

Almacenados tiene más de 6 años de presentaciones en la República, principalmente en festivales de teatro.