La controvertida y polémica obra Razones para ser bonita llega a Puebla el martes 12 de noviembre al teatro del Complejo Cultural Universitario, en funciones a las 19 y 21:30 horas.
Razones para ser bonita tenía en su elenco original las actuaciones de Ludwika Paleta, Arturo Barba, Luis Gerardo Méndez y Sophie Alexander Kats; ahora, a excepción de Sophie Alexander, que se mantiene en el elenco, están Aislinn Derbez —quien alterna con Ximena Herrera—, Arap Bethke y Luis Arrieta.
La puesta escrita por Neil La Bute, bajo la dirección de Diego del Río, tiene como argumento central la fascinación por la apariencia física y el papel que ésta juega en la sociedad, por eso la belleza es la premisa en que gira la historia de las dos parejas que son amigos de trabajo.
En una de ellas destaca una mujer insegura de sí misma, que se siente inferior ante su novio, al que cree superior.
En el segundo caso, la mujer se sabe bella y admirada, sin embargo, esto no es lo principal para ella, por eso lucha para que la vean más como un ser inteligente y talentoso que como un rostro y cuerpo bonito, pero su pareja —quien también es atractivo físicamente— la engaña con una mujer más joven, por lo que se cuestiona si es necesario seguir aceptando engaños y patanerías por parte de su pareja como parte del precio por ser bonita.
La tragicomedia involucra los sentimientos de ambas parejas en una historia que va desencadenando desamor, pero invita a los espectadores a reflexionar sobre los juicios más íntimos sobre la relación, basándose en las preguntas: ¿Qué razones importan para ser bonita? ¿Basta la belleza exterior? ¿Es bueno juzgar a las personas por su apariencia o mejor por sus valores?
Preguntas que al final de la trama el público se responderá y tendrá sus propios juicios ante las inseguridades, al ver como las dos protagónicas femeninas luchan por los estereotipos de belleza socialmente establecidos, cada una desde su ángulo y perspectiva, sin darse cuenta de que la belleza y la felicidad de una persona provienen de su forma de pensar y de sus acciones, así como de la manera que se relacionan con los demás.
El director Diego del Río logra mover el humor ácido de una manera total. La escenografía contempla mesas, sillas y una pantalla de fondo.