La cultura de una nación la forman hombres y mujeres con su pensamiento diverso y todos ellos son parte de la visión multidisciplinaria que permea en la mexicana, que en el caso del siglo XX sería muy distinta si no hubieran existido las figuras de Efraín Huerta, Octavio Paz y José Revueltas, aseguró Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta.
Así se refirió hoy el titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), al presentar los actos conmemorativos por el centenario del natalicio del poeta Efraín Huerta (Guanajuato, 1914-Ciudad de México, 1982), actividades en las que también participarán el Fondo de Cultura Económica (FCE) y la Secretaría de Cultura del Distrito Federal.
En su calidad de responsable de la política cultural del país, Tovar y de Teresa destacó que "cada uno desde su ángulo, talento y propia visión del país y del mundo, dio lo mejor de sí para ayudarnos a entenderlo y abrir nuevos horizontes para poder comprender nuestro propio presente y nuestro futuro". Por eso, "cada uno de ellos merece un lugar aparte y específico", acotó.
Durante el acto celebrado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, recordó que el 31 de marzo, aniversario del centenario de Paz, terminó el homenaje que se preparó para el autor, aunque en breve se abrirá una exposición sobre ese personaje.
Hoy, añadió, "nos citamos para recordar a Efraín Huerta", y precisó que el próximo lunes 14 de abril, en Durango, anunciará el inicio de las actividades conmemorativas para José Revueltas, "en su propia ciudad de nacimiento".
El también escritor subrayó que la conjunción de esfuerzos y trabajo de las instituciones culturales federales y de la Ciudad de México en torno al pensamiento de esos tres personajes, "no es sólo para recordar sus nombres, sino para abrir el horizonte a nuevos lectores y situar su legado en el contexto actual y en el del devenir de la cultura mexicana".
Para Tovar y de Teresa, "lo más importante de un homenaje, más allá de estar repitiendo los nombres y estar dándole vuelo a la imaginación es, en el caso de los hombres de letras, leerlos, valorar su pensamiento y poderlo integrar a nuestra visión del mundo y, concretamente, hacerlo en los jóvenes". Consecuentemente, abundó, "me entusiasman mucho las conmemoraciones".
Pero no vistas, aclaró, "como una tarea más de las instituciones culturales desde la óptica de a ver ahora a quién le toca rendir homenaje: Ayer fue María Félix, en 2016 será Elena Garro y luego vendrán otros más. Así no debe ser; debemos situar a los hombres y mujeres en su tiempo y situarlos en nuestro tiempo, eso es de valor fundamental y eso se hace a través de mesas redondas y reflexiones".
En ese sentido, anunció distintas actividades en torno al centenario del natalicio de Efraín Huerta para atraer al mayor número de público.
Ejemplificó que "no se trata nada más de poner el nombre de un personaje a un vagón del metro. Ese, es un medio para acceder a públicos que de otra manera no tendrían la facilidad de poder situar a esos personajes y despertar en ellos la curiosidad por conocerlos".
Por su parte, David Huerta, hijo del homenajeado y de herencia escritor, dejó ver su beneplácito por la forma en que las autoridades culturales del país se han coordinado desde sus distintas trincheras para unir esfuerzos y sacar adelante los festejos por el centenario del nacimiento de su padre, de quien recordó como obra emblemática "Los hombres del alba", escrita en 1944.
Al acto asistieron también para dar a conocer sus respectivos programas dentro del homenaje a Efraín Huerta en el centenario de su natalicio, Eduardo Vázquez Martín, secretario de Cultura del Gobierno del Distrito Federal, y José Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica (FCE), y de testigo, María Cristina García Cepeda, titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).