La dama del armiño es Cecilia Gallerani, la favorita de Ludovico Sforza, duque de Milán y mecenas de Da Vinci durante los 18 años que el artista pasó en su corte. Actualmente, la obra pintada al óleo sobre tabla se conserva en el Museo Czartoryski de Cracovia, en Polonia.
Hasta el momento se creía que el armiño —el animal heráldico de Ludovico— había sido desde el principio un elemento inalienable del cuadro. Sin embargo, el ingeniero francés Pascal Cotte ha demostrado lo contrario.
"Leonardo es indeciso, maniaco en lo tocante a la precisión y perfección. Constantemente mejora sus pinturas, una y otra vez", insiste Cotte presentando resultados de su trabajo en la página web de su laboratorio. Resulta que Da Vinci primero pintó a Gallerani sin el armiño y solo posteriormente se introdujo la mascota en el retrato clásico: pero aun así, el artista cambió dos veces su aspecto.
Cotte hizo el descubrimiento gracias a una tecnología de invención propia llamada método de amplificación de capas.
"La técnica nos da la posibilidad de pelar una pintura como si fuera una cebolla, quitando la superficie para ver qué es lo que pasa dentro y detrás de diferentes capas de pintura", explica el ingeniero, según recoge la cadena BBC.
El método consiste en proyectar una serie de luces intensas sobre el cuadro. Luego, una cámara mide los reflejos de las luces y en función de estas mediciones los especialistas analizan y reconstruyen lo que hay entre las capas de pintura.
Una vez conocido el descubrimiento, surgieron varias hipótesis de por qué en un momento el armiño pasó a formar parte del cuadro. Una dice que fue la iniciativa del propio Da Vinci, que quiso halagar a su patrocinador de esta manera. Otra, que fue la joven favorita quien lo pidió, porque quería dejar clara ante la corte milanesa su relación con el duque.