De la rigidez del corsé a las bragas de nylon, la exposición "Underwear", en el museo de diseño Victoria and Albert (V&A) de Londres recorre la historia de estas prendas en Europa.
"La moda y la ropa interior están íntimamente ligadas, como el huevo y la gallina ( ...), y queríamos explorar esto", dijo a la AFP Susanna Cordner, del V&A, sobre esta exposición que presenta 200 piezas.
La muestra, que estará en cartel del sábado hasta el 12 de marzo de 2017, arranca en el siglo XVIII, cuando las mujeres no usan todavía bragas, pero sí unas camisas holgadas y de fibras naturales por debajo de los corsés, para evitar tener que lavarlos.
Las primeras bragas aparecen más tarde, en 1810, y en la exposición se pueden ver las de la madre de la reina Victoria, de principios del s. XIX.
Como muestra un corsé realizado por una mujer modesta del noreste de Inglaterra, estas prendas incómodas y aprisionadoras no eran exclusivas de la alta sociedad, porque su función era también servir a las costumbres puritanas.
También los hombres las usaban, como se constata en el V&A, para modificar su silueta o realizar actividades deportivas, aunque sin llegar a los extremos ceñidos de los de las mujeres. Por ejemplo, un ejemplar de corsé de seda de 1890 presente en la exposición, reducía la talla a los 48 centímetros, lejos de los 71 que son hoy la norma en el Reino Unido.