La novela surge cuando un personaje entra a una casa y se roba un ejemplar de El Principito sin saber que ese libro es muy valioso porque es una edición especial.

Así comienza la charla con Joaquín Guerrero-Casasola quien compartió con los lectores de Intolerancia Diario detalles de su más reciente obra: La desaparición del Principito (Planeta).

En la trama los lectores podrán conocer sobre unos campos de concentración tan crueles como los Nazis pero poco conocidos hasta hoy que fueron instalados por los vencedores: “Cuando toman ya Alemania, entran los rusos, los americanos, ellos también hacen campos de concentración y ponen ahí a la población civil. Estuve investigando al respecto y les fue terrible, fueron tan brutales como los nazis con los judíos”.

Una parte de la historia sucede en nuestro tiempo presente, otra en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.

¿Libro para niños?

La obra original de El Principito, escrita por Antoine de Saint-Exupéry en 1943, no está concebida para ser leída por los más pequeños, circunstancia por la cual, algunos de los personajes de la historia de Guerrero-Casasola y Gómez sostienen que se trata de un mensaje para los nazis que está escrito en clave.

Al igual que la obra en la que se inspiró, Joaquín Guerrero-Casasola destaca el valor de la amistad, mismo que se aprecia en la historia del soldado alemán: “en una parte de la vida él está de guardia vigilando a Exupéry y hay una especie de comunicación hasta que termina habiendo una amistad entre el soldado alemán y su prisionero Exupéry. Esa es una parte. En otro momento histórico, ese alemán ahora está en un campo de concentración de los americanos y ese mismo personaje logra salir del campo de concentración y llega a México”.

Empresas ¿limpiadoras?

El personaje principal de la historia que sucede en el tiempo actual tiene un empleo del que poco se ha hablado, que es el que realizan las personas que limpian los inmuebles en donde se ha cometido un crimen o donde ha fallecido alguien.

“En una parte de la novela les toca ir a limpiar un antro, al norte, a la zona caliente, todo está lleno de balas de metralla, ya te puedes imaginar lo que pasó ahí… esos personajes van a esos lugares a limpiar mientras están buscando el libro”, relató.

“Yo sé que los nazis se han tocado miles de veces pero no los campos de concentración de los norteamericanos. Eso es novedoso porque cada cierto tiempo sacan una película de los campos de los nazis, del holocausto que está muy bien, pero nunca hemos visto la otra cara de la moneda. No habló de los soldados alemanes, hablo de la población civil puesta en campos de concentración, igual muriendo de hambre, asesinados, pero en población alemana”.