Como cada último domingo de septiembre, desde hace 59 año, se celebró en el municipio de Atlixco, el Huey Atlixcáyotl, festival de danza, música, canto y comida que recuerda las festividades y rituales prehispánicos.

El que ahora es considerado uno de los festivales culturales más emblemáticos no sólo de Puebla, sino del país, fue creado por Cayuqui, nombre que adoptó el antropólogo de origen estadounidense Raymond Harvey Estage Noel, junto con representantes de comunidades indígenas de Atlixco.

Según los retazos conocidos de su historia, recogidos por diversas entrevistas e investigadores en artículos, Raymond Harvey fue enviado lejos de su país por sus padres, temiendo su reclutamiento para la guerra de Vietnam. Se dice que llegó primero a Bolivia y paso por Guatemala, donde navegó en el Río de la Pasión en una balsa llamada cayuco, pero al intentarla vender a los indígenas, ellos pensaron que se refería a su nombre, por lo que desde entonces se le conoció como Cayuqui.

En su paso por Atlixco, donde llegó en 1954, comenzó a trabajar con danzantes de Oaxaca, quienes solían presentarse en la región, apuntan fuentes, fue llamado por autoridades de Turismo para organizar un programa de danzas oaxaqueñas, sin embargo, al ausentarse los danzantes, Cayuqui optó por invitar grupos de pueblos de los alrededores de Atlixco para que presentaran sus propias danzas así como a los integrantes del grupo que había conformado meses atrás, denominado, “Grupo de Danza Regional Atlixcáyotl”, del que retomaría el nombre para el nuevo festival.

Fue así como el 20 de diciembre de 1965 se presentó por primera vez esta festividad en la escalera ancha y que desde 1996 fue declarado Patrimonio Cultural del Estado de Puebla. Actualmente, se celebra cada año en el atrio de la capilla de San Miguel, conformado por hasta 17 danzas de diversos municipios de Puebla y grupos de un estado invitado.

Desde entonces Cayuqui ha luchado por mantener esta celebración, como en el año 2022, cuando rechazó la iniciativa de diputada por Atlixco, Yolanda Gámez, para que el Congreso de Puebla reconociera al “padre del Huey Atlixcáyotl”, argumentando que prefería que los gastos y esfuerzo fueran mejor destinados al festival, ante “problemas de montaje, de organización y económicos”, dijo entonces en un comunicado.

Cayuqui, también ha realizado diversos llamados para conservar el origen de la fiesta, pues con el paso del tiempo han desaparecido algunos elementos que se mantenían desde su fundación.