Edgar Castillo saltó de la banca para rescatar al Puebla de La Franja de una inminente derrota y darle al final el empate a un gol frente a los Diablos Rojos del Toluca al celebrarse este domingo la jornada 13 del Torneo de Clausura 2011, en la cancha del estadio Cuauhtémoc, donde La Franja mantiene el buen paso bajo el mando de Héctor Hugo Eugui, pero pareció dejar escapar la oportunidad de acercarse a zona de calificación.
"El Gringo" Castillo, que no había jugado desde la fecha nueve en la victoria de 2-0 de Puebla sobre Atlas, en el juego contra los mexiquenses entró de relevo para decretar el empate en un duelo que durante 84 minutos se mantuvo en ceros, con dos facetas importantes: un claro dominio en el primer tiempo favorable a los Diablos y un mejor segundo de parte de los Camoteros, que antes de verse abajo en el marcador dejaron escapar la oportunidad de irse al frente.
Un par de cabezazos frente a Alfredo Talavera, que no fueron bien resueltos por parte de Gabriel Pereyra y Félix Borja, respetivamente, frustraron los intentos de los poblanos por abrir la pizarra hasta que la anotación de Emmanuel Cerda en el minuto 84 los puso al borde del precipicio.
Fue en tiempo de reposición donde Edgar Castillo tomó un balón en un rechace de tiro de esquina y lo remató desde fuera del área para hacer inútil la estirada de Talavera y darle un punto a los de la Angelópolis para convertir su primer gol de Edgar Castillo con la casaca albiazul.
Juego bipolar Obligados los dos equipos a sumar puntos para mantener vivas sus aspiraciones por calificar, Puebla y Toluca saltaron a la cancha del Cuauhtémoc a brindar un encuentro bipolar que por momentos desesperó a la tribuna.
Ya que ante la complacencia de Puebla, que le cedió el medio campo, Toluca fue amo y señor de las acciones llevando y trayendo de un lado a otro el esférico; el argentino Martín Romagnoli se dio gusto enviando balones por todos los lados de la cancha, sin embargo sus compañeros no hicieron patente ese dominio al faltarles intensidad de juego en el último sector de la cancha.
Acaso lo más notable en el primer tiempo fue un disparo que el mismo Romagnoli sacó desde fuera del área y que se estrelló en la base del poste derecho de la portería poblana, lo que significó un aviso importante.
Para la parte complementaria los ajustes hechos por ambos técnicos cambiaron la dinámica del juego, siendo un partido con mayor dinamismo; habría que apuntar que Puebla fue otro en el segundo tiempo y comenzó a presionar a Toluca teniendo con Yasser Corona, Félix Borja y Gabriel Pereyra la posibilidad de abrir el marcador cuando no pudieron conectar bien el esférico frente a la portería de Talavera.
Era evidente que la estrategia de Héctor Hugo Eugui se veía con mayor intensidad que la de Toluca, que poco a poco se fue replegando y no veía la forma de llegar al otro lado.
Sin embargo, a 6 minutos del final y en una costosa distracción de la defensiva que bajó la guardia, Toluca hizo el gol que cayó como balde de agua fría; en esa jugada, después de que la defensa de Puebla no pudo alejar el esférico el portero Alexandro "Mostro" Álvarez se quedó atorado en la salida, permitió que Emmanuel Cerda entrara sin defensa de por medio y marcara el gol que ponía en la lona a los Camoteros.
El gol en contra obligó al Puebla a realizar prácticamente una misión imposible: se lanzó con todo a la portería de Toluca; justo cuando llegó el tiempo de compensación y la porra del Toluca festejaba a todo pulmón el marcador, vino la acción que definió el encuentro.
En el minuto 93 Puebla se lanzó al ataque y como recompensa encontró un tiro de esquina que por el lado derecho cobró Walter "Lorito" Jiménez; en primera instancia el centro fue rechazado por la defensa roja, pero después el balón quedó en los linderos del área donde Edgar Castillo ‚Äîquien apenas llevaba 7 minutos en el campo‚Äî tomó el esférico, se lo acomodó y sacó un disparo que de manera angustiosa se incrustó en el lado izquierdo de Alfredo Talavera, que pese a su estirada no pudo alejar el balón.
Después del gol no hubo tiempo para más porque el silbante Jorge Eduardo Gasso marcó el fin del encuentro que para Puebla estaba casi perdido.