El Deportivo de La Coruña ha dado un paso de gigante para regresar a Primera División la próxima temporada tras ganar el derbi gallego frente a un Celta que ha hecho lo más difícil, remontar un cero a dos, pero que en el tiempo de descuento ha visto cómo su eterno rival explotaba una jugada de estrategia para llevarse los tres puntos.

Presionado por el triunfo de ayer del Real Valladolid frente al Huesca, el Celta necesitaba ganar el clásico gallego para no perder la segunda plaza de ascenso directo que provisionalmente le había robado el conjunto pucelano.

Pero al igual que sucedió en el partido de la primera vuelta disputado en Riazor, el tempranero gol de Riki, a los dos minutos y después de un grave desajuste defensivo de la zaga local, obligó a los celestes a remar contracorriente desde muy pronto.

Las urgencias del Celta aumentaron. El recuerdo del choque de La Coruña estaba presente en la cabeza de sus jugadores, conscientes de la fortaleza defensiva de su rival y de su alta eficacia en punta. No se equivocaron. El partido fue un calco al disputado en terreno coruñés. Dominio absoluto celeste; pegada de los coruñeses.

La mejor oportunidad de la primera parte para el Celta llegó en el minuto 12, después de que un centro de Roberto Lago lo despejase el central argentino Diego Colotto contra su propia portería. Un sector de Balaídos vio cerca el gol, pero el veterano Dani Aranzubia sacó a relucir sus reflejos con una gran estirada.

El Celta tenía al Dépor encerrado en su campo, pero con el paso de los minutos se fue diluyendo como un azucarillo. Riki en el minuto 29, antes de marcharse lesionado, volvió a avisar; Orellana respondió un minuto después, pero una vez más se encontró con un seguro Aranzubia.

En la segunda parte el guión del choque varió por completo. El Celta arriesgó descuidando su defensa, y el Dépor, un equipo que no necesita mucho para marcar, encarriló el derbi con un tanto del franco-tunecino Lassad, autor del gol que le dio los tres puntos a su equipo en la ida.

Antes, el céltico Iago Aspas, con un tiro que despejó bajo palos el lateral Morel, y el internacional mexicano del Dépor, Andrés Guardado, en dos ocasiones ya habían rozado el éxito.

El partido parecía sentenciado, pero Quique de Lucas le dio vida a los suyos con un golazo. A falta de ocho minutos para el final, David Catalá, que acababa de entrar en el terreno de juego, desató la locura en Balaídos al aprovecharse de un rechace de Aranzubia.

Los dos equipos, completamente fundidos, sobre todo el Celta, daban por bueno el empate, pero en el tiempo de descuento los de José Luis Oltra sacaron a relucir su poderío en el juego aéreo, primero con un cabezazo de Colotto que salvaron Yoel y el larguero, y después con otro de Borja Fernández que acabó en el fondo de la red.