El Real Madrid se agarró hoy a la Liga y a la inspiración del alemán Mesut Özil para remontar un incómodo partido ante el Real Valladolid, que se adelantó por dos veces gracias a la efectividad del angoleño Manucho (2-3).

Y es que el Madrid no tiene margen de error en la competición "liguera", cada encuentro es una final para los hombres de Mourinho que buscaron hoy los “chispazos” individuales ante un equipo organizado que persigue siempre el trabajo colectivo.

El técnico portugués tenía problemas para "armar" su defensa, sobre todo con el lateral izquierdo porque Coentrao no se había recuperado del tirón muscular que sufrió ante el Ajax y “Mou” se quedó sin un zaguero zurdo específico. Su lugar lo ocupó Nacho, un canterano confiable como Callejón, que ya había jugado en ese puesto.

El Valladolid contaba hoy con la única baja de Jesús Rueda también en la defensa. Djukic sabía que esta noche tenía mucho que ganar y poco que perder. "Nos estarán mirando en todo el planeta", dijo ayer el serbio pero esos focos no deslumbraron a su equipo que salió insolente y atrevido.

Así, el delantero Manucho aprovechó un tiro de esquina cobrado por Patrick Ebert, remató un balón suelto dentro del área ante la indecisión de la zaga madridista. Su disparo sirvió para adelantar a los locales al minuto 6.

El Valladolid había golpeado primero y el Real Madrid se encomendó a Cristiano Ronaldo para irse arriba pero no hizo falta. Error por error. A los once minutos, un inoportuno resbalón de Marc Valiente permitió a José Callejón conectar con Benzema. El francés acudió a su cita con el gol y volvió a equilibrar la balanza (1-1).

Sin embargo, el equipo blanquivioleta "plagió" el guión del primer gol para volver a hacer daño en el marcador. De nuevo el alemán Ebert sacó de esquina y el angoleño remató, esta vez de cabeza, al fondo de la red al minuto 21.

El primer tiempo ya agonizaba cuando Özil se vistió de héroe solitario. El germano protagonizó una espléndida jugada individual que rescató a su equipo de una derrota segura al descanso. 

En la reanudación, el partido se convirtió en un ida y vuelta, más aún cuando el Madrid se jugó el todo por el todo con un cambio ofensivo y amenazante que obligó a Xabi Alonso a jugar de central. Y es que Modric suplió a un gris Arbeloa y las alternativas se acentuaron.

Mesut Ózil sacó brillo a una noche plena de inspiración para él y remontó el partido después de un magistral lanzamiento a balón parado. Una falta innecesaria del portugués Henrique Sereno permitió al alemán establecer el 2-3 definitivo.