La levantadora de pesas Soraya Jiménez, primera mujer en cosechar un oro olímpico para México, falleció en su domicilio de la capital mexicana por un infarto a la edad de 35 años a causa de un ataque masivo al miocardio.

Carlos Padilla Becerra, presidente del Comité Olímpico Mexicano, informó que el cuerpo de la exatleta fue encontrado en su departamento de la Ciudad de México alrededor de las 12 del día por familiares; se presume que el deceso se dio durante la madrugada.

Además, el dirigente reveló que Jiménez, en palabras de su familia, dejó en claro que no quería homenajes de cuerpo presente tras su muerte.

“No hay mucha información para ofrecer; tenía un problema pulmonar y todo parece indicar que se quedó dormida”, comentó Francisco Hernández, allegado de la familia, quien solicitó “respeto” por el momento tan sensible que viven los seres queridos de la ganadora de la medalla de oro en Sídney 2000.

El propio Hernández comentó que el momento para los funerales de Soraya sería “en las primeras horas de mañana (hoy)” en la agencia funeraria Gayosso en Mundo E, ubicada en el Estado de México.

“La campeona olímpica Soraya Jiménez Mendivil dejó de existir a consecuencia de un infarto al corazón este jueves”, reportó el COM en un comunicado.

“La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte lamenta el fallecimiento de la medallista olímpica Soraya Jiménez Mendivil, quien fue la primera mexicana en subir a lo más alto del podio en unos Juegos Olímpicos en la edición de Sídney 2000”, aseguró la Conade en un comunicado.

Tras conocerse el fallecimiento de Jiménez, que había padecido ya varios problemas graves respiratorios empezaron a llegar los mensajes de condolencias de las máximas autoridades mexicanas y figuras del mundo deportivo.

Entre los problemas de salud que padeció Jiménez, que medía 1.54 m, estaban más de una docena de operaciones en la pierna izquierda, la pérdida de un pulmón y varios paros cardiorrespiratorios.

Después del éxito de Jiménez en Sídney, donde se impuso de forma sorprendente en la categoría de 58 kilos, la única mexicana que pudo igualar su marca fue María del Rosario Espinoza al lograr un oro en la división de +67 kilos de taekwondo en los Olímpicos de Pekín 2008.

Antes de Jiménez, las deportistas olímpicas mexicanas que habían sumado medalla eran Pilar Roldán, plata en esgrima, y un bronce en natación de María Teresa Ramírez, ambas en los Juegos Olímpicos que albergó México en 1968.

Además de su oro olímpico en halterofilia, un deporte hasta entonces reservado a los hombres en México, Jiménez conquistó seis campeonatos nacionales, una medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999 y un octavo lugar en el Campeonato Mundial de 1999, antes de anunciar su retiro previo a los Juegos de Atenas 2004.

La muerte de Jiménez volvió a enlutar al deporte olímpico mexicano tras el fallecimiento el 16 de enero del marchista Noé Hernández, medallista de plata también en Sídney.

Víctor Estrada, exmedallista de bronce en Sídney 2000 (bronce Taekwondo), se unió a la pena que embarga a la familia de Soraya Jiménez, quien falleció este día; el exatleta recordó el momento y trascendencia de la presea de oro en levantamiento de pesas.