Diego Costa, autor del gol del triunfo y de un partidazo que trajo de cabeza a todo el Real Madrid, destrozó la estadística de 14 años sin ganar del Atlético de Madrid en un derbi madrileño en Liga y lo hizo con un excelente planteamiento de Diego Pablo Simeone, que no tuvo respuesta de un rival a medio hacer.
Simeone dio un recital de entrenador en el Santiago Bernabéu. Magistral en su estudio del rival, en su planteamiento y la mentalidad ganadora que ha inculcado al Atlético de Madrid. Explotó los defectos de un Real Madrid en construcción. A mitad de camino en la definición de cualquier estilo que no sea basarse en sus individualidades.
Sin espacios para correr brotó la desesperación madridista. Anticipación a Isco. Ayudas defensivas contra Cristiano Ronaldo. Reducción de espacios por el centro que obligase a jugar por bandas. El futbol del Real Madrid acabó reducido a las carreras y continuos centros de Di María en la primera parte y a la heroica en la segunda. Simeone sabía dónde dañaba al rival.
El Atlético de Madrid mostró de inicio lo que significa la palabra equipo. Todos a una para salir airoso de los primeros minutos de presión madridista empujado por el ambiente. El crecimiento del equipo con Simeone no tiene techo. Muestra su personalidad en cualquier estadio. Mira a los ojos a los dos grandes, para olvidar presupuestos y recortar distancias con futbol.
Superadas las embestidas iniciales sin llegadas del Real Madrid, fue el momento de mostrar personalidad. La barrera rojiblanca en la medular era insuperable. Tiago además daba buena salida, Gabi peleaba todo y Koke dio un recital. Luchó como un guerrero más y le sumó una calidad técnica que desequilibró.
El derbi se rompió por un grave error de Di María y por la brillantez de Koke. El argentino quiso sacar una de esos contraataques letales y se vio frenado en seco por Filipe Luis. El balón cayó a Koke que inventó el pase al espacio para dejar solo a Diego Costa. El brasileño definió con sencillez, de derecha abajo ante la salida de Diego López.