La selección española sobrellevó el día después de la debacle en el Mundial 2014, con el deseo de estar ya en casa pero obligada a regresar en "silencio", con "tristeza y decepción" a su cuartel general de Curitiba, donde las horas son tan largas como las caras en la vuelta al trabajo.

Los internacionales vivieron su día más duro tras una noche en la que apenas pudieron dormir, con el partido ante Chile en la mente que provocó la eliminación más temprana de un campeón en la defensa de su corona mundial.

La desolación se apoderó del grupo tras confirmarse, en Maracaná contra Chile, las malas sensaciones dejadas en el estreno ante Holanda. Cada jugador tuvo una reacción ante la derrota. Algunos guardaron silencio, otros pidieron perdón como Sergio Ramos, intentaron lanzar un mensaje de esperanza mirando al futuro como Fernando Torres y las palabras más críticas fueron de Xabi Alonso.

Admitió falta de hambre y mala condición física. Sus frases no han caído en saco roto y han hecho daño dentro del grupo y en el cuerpo técnico. Probablemente vive sus últimas horas como internacional, ya que antes de comenzar el Mundial de Brasil ya se esperaba que a su conclusión anunciase su adiós. Lo ha hecho David Villa y lo hará Xavi Hernández en el fin de un ciclo de jugadores que han conducido a España a sus cotas más altas y han marcado una época.

La duda sobrevuela sobre Iker Casillas. El portero tenía pensado seguir mucho tiempo en la selección tras inscribir su nombre en todos los récords, pero su bajo nivel en Brasil le ha hecho abrir una puerta a su salida. De momento, todo el mundo espera que dé un paso en firme hacia su continuidad en el Real Madrid. Después llegará su decisión sobre la Roja.

"Dentro hay mucho silencio, tristeza y decepción porque estamos convencidos de que teníamos mucho más por dar y de que somos mucho más de que hemos demostrado", aseguró Fernando Torres. "Son horas de decepción y tristeza en las que te pasan muchas cosas por la cabeza".

Es la definición del estado de ánimo de los internacionales españoles, que dejaron Río de Janeiro para regresar al frío Curitiba y con la mayor dignidad posible comenzaron a preparar bajo 9 grados de temperatura, el último partido que disputarán en el Mundial.

La grandeza que tuvieron en el triunfo la están mostrando en la derrota. Les llegan las críticas y las aceptan. "Nos las hemos ganado", dice Torres. "También te reconfortan mensajes de agradecimiento que nos llegan. Lo sentimos mucho por la gente que nunca se bajó del barco, porque nuestro país atraviesa una situación difícil y el fútbol les ilusionaba. Ellos se han caído y se han vuelto a levantar para pelear por salir adelante. Nosotros haremos lo mismo". Palabra de un campeón de todo que quiere seguir siendo internacional.