Gran actuación la de Sebastián Castella en la ciudad francesa de Saint-Gilles, en la que se llenó la plaza y donde cortó tres orejas a su lote de toros de Núñez del Cuvillo, dos nobles animales que posibilitaron el éxito de su matador, saliendo en hombros por la puerta grande.

El primero que lidió tuvo nobleza y duración, cualidades ambas que fueron aprovechadas por Sebastián Castella para cuajarle una importante faena que le pudo valer las dos orejas, pero después de la estocada tuvo que estoquear dos veces, por lo que perdió el segundo trofeo. A pesar de ello, el diestro de Beziers aunó en su labor quietud, templanza, variedad y un sólido y firme valor, en lo que fue un trasteo redondo de principio a fin por los dos pitones, que llegó con fuerza a los tendidos. Lástima el uso del verduguillo, pues el doble trofeo hubiese sido seguro.

Lo compensó después con el quinto, otro buen toro, aunque de poca fuerza, por lo que Castella tuvo que irlo afianzando para que el animal ganase seguridad en sus embestidas, pues el astado siempre demostró calidad. Sebastián fue construyendo su labor poco a poco, con suavidad, temple y despaciosidad, dándole mucho sitio en los primeros muletazos de cada tanda. El de Núñez del Cuvillo tomó la muleta con nobleza y fue a más gracias a la disposición y el buen hacer de Castella. Lo mató de una buena estocada y en esta ocasión sí paseó el doble trofeo, saliendo al final de la corrida por la Puerta Grande.