La suiza Timea Bacsinszky, quinta sembrada, es la nueva reina del Abierto Mexicano de Tenis, luego de ganar la final disputada en el estadio Pegaso a la francesa Caroline Garcia, tercera preclasificada.
Bacsinszky de 25 años, fue contundente y en todo momento dominó el partido para imponerse por parciales de 6-3 y 6-0 en apenas una hora y 6 minutos, ante una jugadora francesa a la que le pesó la poca actividad que tuvo a lo largo del torneo, por los retiros de la croata Mirjana Lucic-Baroni por lesión en los cuartos de final, y de la rusa María Sharapova, por enfermedad en las semifinales.
En el partido final, García cometió muchos errores no forzados y no contaba con el ritmo de juego suficiente para derrotar a la helvética, quien fue muy efectiva en sus primeros servicios con un porcentaje de 74 por ciento de efectividad.
En su camino a la corona Bacsinszky, 37 WTA, derrotó en primera ronda a la holandesa Richel Hogenkamp; en la segunda dio cuenta de la ucraniana Lesia Tsurenko; en los cuartos de final superó a la sueca Johanna Larsson; en semifinales venció a la búlgara Sesil Karatantcheva y en la final fue superior a la francesa Caroline García.
La jugadora suiza logró en Acapulco su segunda corona WTA, luego de haber ganado el torneo de Luxemburgo en 2009.
Por esta victoria, Bacsinszky recibió un cheque por 43 mil dólares y 280 puntos para el ranking mundial.
Por su parte, Caroline García, de 21 años y 30 del ranking mundial, no pudo ganar su segunda corona profesional, pero se llevó un premio por 21 mil 400 dólares y 180 unidades WTA.
Juego decisivo
El duelo decisivo de la rama femenil del Abierto Mexicano se presentaba como el platillo principal del último día, hasta que un virus estomacal dejó sin opciones a la máxima favorita, Maria Sharapova, a quien el cuadro se le había abierto con la eliminación de la italiana Sara Errani.
Pero la final entre Bacsinszky y García fue un justo premio para ambas. La quinta y tercera sembrada quedaron como las mejores clasificadas ante la ausencia también de Irina Camelia Begu (4) y presagiaban un encuentro disputado en la búsqueda del segundo título para cada una en sus carreras.
El partido fue parejo hasta el segundo game. Ahí, tan pronto en una final, la competencia se acabó. Arriba 1-0 y jugando mejor, García tuvo cuatro oportunidades de rompimiento, falló cada una, perdonó a su rival y eso despertó a la helvética.
En el siguiente juego, Timea sí rompió después de que la gala fallara un globito. Se fue arriba 2-1, y la situación se revirtió, la que metía tiros ganadores era Bacsinszky, mientras que García producía errores no forzados.
Caroline se desesperó, comenzó a gritar en la cancha y a azotar su raqueta contra el cemento de Acapulco, aunque solo estaba abajo por un rompimiento, su rival no le daba opciones, se las había concedido y no había aprovechado.
La suiza ni siquiera necesitó tener su saque para finiquitar el primer capítulo, García le concedió otro break y luego envió una bola larga para el 6-3.
Fue demasiado en lo mental para la francesa, que no pudo regresar en la segunda manga. En el segundo game, Timea ya tuvo la oportunidad de quebrar, la desperdició, pero su rival le regaló una más y Bacsinszky no quiso repetir la historia de Caroline en el primer set y se puso arriba 2-0.
Ya no perdió más games, con tiros ganadores, un saque que apareció después del primer juego y la apatía de García, Bacsinszky cerró el partido 6-0.
Cuando concretó el triunfó se acostó sobre la superficie azul de Acapulco y celebró, mientras que García rompió en llanto en la premiación, el título se le escapó casi desde el principio del partido. El nombre escrito en la Pelota de Tenis no fue el de Maria, fue el de Timea Bacsinszky.