El examen de oposición para el concurso nacional de plazas docentes está diseñado para reprobar, consideró el vocero del Consejo Democrático Magisterial Poblano (CDMP), Miguel Guerra Castillo, quien reiteró que la prueba se traduce en una trampa institucional para que los aspirantes a una plaza docente reprueben el examen.

Para el representante del magisterio disidente del estado de Puebla, el examen de oposición para los profesores que aspiran a ingresar en el sistema escolar poblano y nacional —prueba diseñada por las autoridades mexicanas— es solamente una muestra del boicot al sistema educativo que se gesta desde las autoridades educativas federales, encabezadas por el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet Chemor.

Así lo aseguró el vocero del CDMP, posterior a la publicación de los resultados del examen de oposición para el otorgamiento de plazas magisteriales para profesores de nuevo ingreso y de recategorizaciones de los docentes en servicio, en el cual la mayoría de los aspirantes resultaron con promedios muy bajos o reprobados en las áreas de español y matemáticas porque, según los indicadores publicados, siete de cada 10 profesores presentaron resultados no satisfactorios.

Ante eso, Guerra Castillo reiteró la postura de la disidencia magisterial de rechazar el examen de oposición porque, desde su perspectiva, los resultados que se conocen hoy en día son producto de las reducciones del presupuesto escolar y de las políticas educativas que buscan debilitar de manera considerable el sistema escolar mexicano.

A decir del vocero del movimiento democrático poblano, los contenidos, las preguntas y el diseño del examen de oposición están delineados para que los profesores reprueben, pero de ninguna manera responden a las necesidades que prevalecen en la práctica docente, pues “encontramos un diseño artificial para que los profesores que aspiran a una plaza se confundan”.

Para Guerra Castillo, los normalistas que aspiran a una plaza magisterial enfrentan más trabas con el paso del tiempo, desde el proceso de obtención del título profesional de las escuelas Normales y su cédula profesional hasta la aplicación del examen de oposición, lo que se traduce en un fracaso de las autoridades educativas que dictan la política escolar nacional, “la cual busca solamente debilitar al magisterio para favorecer la privatización del sector, lo que hemos denunciado oportunamente, pero nadie hace nada por frenarlo”, concluyó el líder disidente.