Al recibir el doctorado Honoris Causa en Ciencias Sociales y Humanidades de parte del campus Puebla de la Universidad Iberoamericana (UIA), el sociólogo francés Alain Touraine aseguró que la realidad actual está dedicada a la violencia y al poder, pero sin una clara finalidad social, lo que se traduce en conductas colectivas que no tienen la capacidad de crear valores y conductas con significado social.
Todo lo social está descompuesto, afirmó el doctor en Ciencias Sociales y Humanidades de la Ibero Puebla, quien agregó que los seres humanos de la actualidad viven en un mundo en el que no se piensa más en la práctica social, “donde no se construye la regla social a partir de lo social”, por eso reiteró que “vivimos en un mundo más dedicado a la violencia y al poder, pero sin finalidad social”.
La reconstrucción de un pensamiento, dijo Alain Touraine, es indispensable para que reaparezcan cambios que hagan que la vida humana sea más humana, “en el momento actual somos conscientes de los peligros del mundo, estamos convencidos de la necesidad de cambiar, somos conscientes de los peligros fundamentales y eso es necesario cambiarlo para vivir lo que exige el siglo que viene”.
En su ponencia “Del fin de lo social a la historia del siglo XXI”, posterior a recibir el doctorado Honoris Causa, el sociólogo francés planteó uno de los objetivos de la humanidad actual, que es la lucha en contra del totalitarismo y como consecuencia la resistencia en contra de los regímenes corruptos: “Lo nuevo de hoy en día es que están apareciendo un sinnúmero de ideas y eventos orientados y metas y objetivos positivos”.
Las nuevas ideas, agregó el doctor por la Ibero Puebla, deben estar vinculadas con los derechos humanos y con las libertades, por eso apuntó que existe una historia global del siglo XXI, que defiende la idea de que existe unidad y coherencia. “En el mundo de hoy las instituciones totalitarias no tienen más sentido”, porque esos regímenes, acotó el sociólogo, destruyen millones de vidas humanas porque están basados en políticas de violencia, de privilegios y de poder arbitrario.
En el inicio del siglo XXI, aseguró el escritor francés, se viven momentos de destrucción social y hoy en día están creadas sociedades tiranas y no sociedades libres.
“Hay en el mundo tiranos que mataron a los libertadores”, en un sistema generalizado de destrucción de lo universal, por eso puntualizó que los seres humanos son los únicos de la naturaleza con el derecho de tener derechos y eso está por encima de las leyes que rigen la vida actual.
Prácticas de interés y de poder
Los seres humanos, reveló el investigador francés, son fuerte influencia y conocimiento en el mundo latinoamericano, por lo que no deben tener solamente prácticas de interés y de poder, más bien —dijo— que tienen la capacidad de construir lenguajes simbólicos y lograr que lo social no esté dominado por sistemas de interpretaciones valorativas.
Lo importante para que los esfuerzos sean útiles, apuntó Alain Touraine, es tener una visión clara de lo central en el resto del siglo XXI; “hoy estamos observando la diversificación y el pluralismo de los caminos, de nuevas experiencias, de nuevas instituciones jurídicas y sociales”.
“No basta con denunciar al hombre, hay que demostrar que no es todopoderoso”, citó a Alain Touraine, la investigadora de la Ibero Puebla, María Eugenia Sánchez Díaz de Rivera, quien destacó el trabajo del sociólogo francés en la comprensión de dinámicas sociales en Europa y en América Latina, “va siempre a contracorriente, siempre a favor de la frágil libertad”.
La cátedra Alain Touraine, dijo la especialista de la institución poblana, es un reconocimiento al compromiso del sociólogo francés con América Latina, quien logró con su obra hacer emerger el debate que está debajo de la ideología.
El pensamiento de Alain Touraine
Ante los resquebrajamientos y las dislocaciones de nuestro tiempo, Alain Touraine planteó la obsolescencia analítica del concepto de sociedad, concepto propio de la modernidad industrial. Tal parece que el desafío es el de entender cómo se está dando la producción societal de la no-sociedad. Y el sujeto aparece como el actor central.
Touraine le apuesta a un proceso de subjetivación capaz de vincularse al avance tecnológico pero tomando distancia del totalitarismo del mercado, y capaz de construir sentido existencial pero alejándose de los comunitarismos fundamentalistas. Es decir, se refiere a un sujeto que se construye a partir de una doble resistencia activa.