Uno de los temas recurrentes en las redes sociales durante la cuarentena es la falta de sueño o la mala calidad del mismo. Al verse alterado el ritmo de vida habitual, aunado al constante estado de alarma y la llegada de la época de calor, los hábitos más importantes se descuidan.
Un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo para reestablecer las funciones del organismo: físicas, psicológicas, cognitivas y afectivas.
Por ello, Ericka Iliana Escalante Izeta, coordinadora de la Maestría en Desarrollo Humano en la IBERO Puebla, recomienda dormir siete u ocho horas continuas, lo cual representa un lineamiento básico de la higiene del sueño.
Tenemos dos tipos de sueño. El REM, o ligero, el cual alude al movimiento de los ojos como consecuencia de la actividad cerebral. Aquí soñamos y tenemos pesadillas.
En cambio, el no REM es más profundo. En él, el cuerpo está más tranquilo, se segregan más hormonas, el corazón late más despacio y las ondas cerebrales son más lentas.
El sueño no REM, indica Escalante Izeta, es la etapa en la que el cuerpo se repara a sí mismo. “En estos tiempos en los que estamos tan al pendiente de que nuestro sistema inmunológico esté fuerte, es en el sueño donde nuestra función inmunológica se repara”, comenta.
Por otro lado, el insomnio es un fenómeno multifactorial que puede tornarse en un círculo vicioso. Si bien la mayoría de las personas llevan más de un mes en cuarentena, el reajuste de las rutinas y el estado de ansiedad han alterado nuestros hábitos de descanso.
Causa o consecuencia de ello es la modificación en el horario que teníamos para dormir y despertar.
Los efectos de no descansar adecuadamente se manifiestan de manera escalonada. Desde ronquidos, sonambulismo y falta de concentración, pasando por alteraciones emocionales y hasta trastornos metabólicos que pueden derivar en enfermedades de mayor cuidado.
¿Cómo se debe dormir?
La especialista destacó que tener un ritual previo a acostarse es importante. En ese sentido, desarrollar y practicar estos hábitos por tres semanas te ayudará a reprogramar nuestro cerebro para aprender nuevos hábitos y dormir de manera adecuada. Para ello, recomienda las siguientes medidas:
- Fijar una hora para dormir y para levantarse. Tener un horario fijo por tres semanas ayudará a que el cerebro se sienta cansado a la misma hora.
- Hacer ejercicio aeróbico por treinta minutos al día. La actividad física reduce la ansiedad y libera la tensión física y mental.
- Relajarse a través de un baño caliente 15 minutos antes de dormir.
- Dormir siguiendo los ciclos de luz. Nuestro cuerpo está programado para dormir de noche y trabajar de día. La oscuridad es fundamental para producir hormonas asociadas al ciclo circadiano.
- Descargar la mente de las preocupaciones relacionadas con tareas pendientes.
- Utilizar la cama únicamente para dormir. Evita usar el celular o leer un libro antes de descansar.
- Como medidas adicionales, limita el uso de redes sociales, elige medios fidedignos para informarse y reducir el consumo de sustancias estimulantes permitidas (cafeína, azúcares y grasas).