La empresa Gorrión perteneciente a la minera canadiense Almaden Minerals, en Ixtacamaxtitlán, pretendía obtener 1.4 billones de onzas de plata y 1.7 millones de onzas de oro en los territorios concesionados.
Lo anterior equivale a que por tonelada de tierra solo 1.3 gramos corresponden a oro y cerca de 429 gramos corresponden a plata, dijo la directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga de la Ibero Puebla, Valentina Campos Cabral.
“Es una actividad con un alto impacto en el paisaje, un alto impacto ambiental, que además tiene impactos sociales y culturales y esto es lo que genera procesos de defensa tan amplios, tan largos y permanentes”.
Por eso, consideró como favorable la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), para suspender las concesiones, porque los pobladores de Ixtacamaxtitlán no fueron consultados
La resolución de la SCJN es importante, porque sienta un precedente histórico, sin embargo, no se pronunciará favorablemente sobre la inconstitucionalidad e inconvencionalidad de la ley minera, en sus artículos 6, 15 y 19, que ubica la actividad como de utilidad pública.
Sin embargo, la académica advirtió que, las concesiones mineras tienen los derechos por 50 años, que pueden ser prorrogables por otros 50 años, lo que significa que las poblaciones se quedan "desprotegidos" ante posteriores solicitudes de actores con capital político y económico muy fuerte.
La directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga de la Ibero Puebla, explicó que, la manera en que las empresas han solucionado el tema de las poblaciones, es con la construcción de infraestructura para los pueblos y la creación de fondos para los municipios.
Sin embargo, el daño social y cultural de la minera es muy grande, “porque estamos hablando de miles de hectáreas, estamos hablando de municipios enteros concesionados”.
“Por otro lado, habría que pensar en los municipios indígenas y alejados, porque estamos hablando de un territorio muy grande con una amplia biodiversidad y con un alto patrimonio cultural”.
Por eso, si esos pueblos aceptan los proyectos mineros la afectación no solo es para ese pueblo, porque el territorio es dinámico, está vivo y correlacionado, por lo que, los problemas que ocurren en esas tierras se multiplican y puede afectar hasta el golfo de México