El problema del cambio climático es avasallador en contra de la humanidad y sus recursos naturales, pero no sólo influyen nuestras acciones individuales y la elaboración de estudios y diagnósticos van a resolverlo.
Para la académica del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente (IIMA) de la Ibero Puebla, María Eugenia Ibarrarán Viniegra, se necesitan acciones concretas por parte de los tres órdenes de gobierno.
Se trata, dijo, de hacerlo mediante la emisión de reglamentos a las leyes que ya existen y programas con reglas de operación y presupuesto garantizado.
Lo anterior, nos permitirá sortear los efectos del cambio climático que ya no esperamos y que estamos viviendo en todo el territorio del estado de Puebla.
“Dos puntos deben quedarnos claros, el primero es que estas variaciones en temperatura y en precipitación pluviales están explicadas en gran parte por nuestras acciones. Y el segundo, que urge cambiar nuestro estilo de vida para reducir los efectos futuros del cambio climático".
Dijo, por ahora no queda más que enfrentarnos a lo que hemos provocado y rectificar nuestras acciones.
Por ejemplo, las afectaciones esperadas por este aumento en temperatura y reducción en precipitaciones pluviales se dan, entre muchos otros sectores, en el agropecuario y en la salud.
“Qué nos queda por hacer es la pregunta que debemos plantearnos, por una parte, debemos estar conscientes que este problema del cambio climático está estrechamente asociado a nuestras actividades, entre ellas el uso de combustible para transportarnos y la generación de electricidad”.
Por eso, es urgente pensar a nivel individual y como familias, comunidades y sociedad, de maneras concretas, para reducir nuestro consumo de energía.
También se deben instrumentar otras formas de generación de energía que sean realmente limpias en cuanto a que no emitan gases de efecto invernadero.
Ibarrarán Viniegra, dijo que, la otra forma en que contribuimos al cambio climático es mediante las emisiones de gases de la ganadería y la deforestación.
La investigadora del IIMA, retó, “debemos cuestionarnos qué comemos y cómo podemos modificarlo para generar menos”.
Y agregó, también debemos revisar programas gubernamentales que contribuyen de manera importante a frenar la deforestación y reestructurarlos.
“A nivel municipal, estatal y federal, urgen acciones de reducción de estas emisiones y de adaptación sobre todo para los más vulnerables, que son quienes padecerán en mayor medida la falta de alimentos y sus altos precios”.
Además, también se puede contribuir a frenar las enfermedades como el dengue y la falta de agua, así como otros daños por los eventos meteorológicos extremos.