Hoy en día, en el país, no se puede evaluar la educación, por lo que, tampoco hay estrategias para mejorar la educación pública, aseguró Paulina Amozurrutia, coordinadora nacional de Educación con Rumbo.
Dijo que, México tiene un grave problema en comprensión lectora, además de un rezago y deficiencias en la lógica matemática, que se acentuaron con la pandemia.
“La actual administración lleva tres años sin proponer líneas que permitan dar seguimiento a los aprendizajes”.
"Y es hasta este año que decidió implementar la prueba PISA que tendría que haberse realizado el año pasado, pero con el pretexto de la pandemia no se realizó.”
Por eso, dijo, el gobierno debe acompañar a los maestros y a la comunidad educativa en las decisiones para mejorar los aprendizajes, “porque sin evaluación no sabremos qué rumbo tomar”.
“México no cuenta en estos momentos con una forma de evaluar aspectos de aprendizaje de los estudiantes como lectura y comprensión, razonamiento lógico matemático y la adquisición de conceptos científicos”.
Por lo anterior, Patricia Amozurrutia, exhortó a las autoridades educativas a que concienticen sobre la importancia de estas evaluaciones y que, a raíz de los resultados obtenidos, se generen estrategias eficientes que contribuyan al mejoramiento de la calidad de la educación.
Recordó que, con el cambio de la prueba ENLACE a la prueba PLANEA, se tuvieron pérdidas de información, y por eso, se diseñó un instrumento que otorgaba cierta información.
La coordinadora nacional de Educación con Rumbo recordó que la prueba PISA es aplicada en más de 80 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual México es integrante.
Ante eso, señaló que, lamentablemente, en la más reciente prueba en 2018, calificó en los últimos lugares, “y actualmente, la SEP sólo aplicará la prueba a 8 mil 50 alumnos de 312 escuelas a nivel nacional”.
Consideró que en México contamos con 2 millones 085 mil 462 alumnos en tercer año de secundaria en este ciclo escolar la cantidad de la población a la que se pretende evaluar representa únicamente el 0.38 por ciento de la población.
Lo anterior, sin contar a los estudiantes que se encuentren en el primer año de Educación Media Superior, ya que en estos grados escolares se encuentra la población de entre 15 a 16 años.
Paulina Amozurrutia señaló que, ante la falta de información, no se puede determinar un cambio de currículo que no está debidamente articulado de las deficiencias de las evaluaciones que hasta el momento se conocen.
Eso hace que vayamos a ciegas, es decir, que no tengamos elementos que permitan la toma de decisiones con toda la seguridad y no de manera intuitiva como pretenden hacerlo las autoridades educativas.
“Las evaluaciones estandarizadas ayudan a conocer el nivel de dominio que tienen los estudiantes en cada asignatura y grado escolar”.
Además, ayuda a conocer en qué medida el sistema educativo nacional y el de los Estados cumplen con los planes y programas de estudio, para poder diseñar e implementar políticas públicas orientadas al mejoramiento educativo del país.