La incidencia de inseguridad al interior de las escuelas mexicanas, particularmente del sistema público, se mantiene alrededor del 45 por ciento.
Para la presidenta de la Federación Nacional de Padres de Familia (FENAPAF), Aurora González de Rosas, el problema es fuerte y alarmante, porque los estudiantes ya no solo corren ciertos riesgos en el trayecto a las aulas, sino ahora también al interior de los centros educativos.
La presidenta de la FENAPAF advirtió que, hoy más que nunca, deben funcionar los comités de padres de familia y se tiene que retomar la figuro de los comités de participación social, que deben coadyuvar con la vigilancia en las entradas a las escuelas.
“Lo más importante es que los padres retomen la vigilancia y el cuidado de sus hijos, desde los hogares, que les revisen las mochilas antes de salir de casa, porque los objetos que pueden utilizar para agredir a sus compañeros salen de casa”.
Desde su perspectiva, explicó la inseguridad al interior de las escuelas provocó que a los alumnos se le multiplicaran los problemas, pues la mayoría fueron causados por la pandemia.
“El problema es muy fuerte, porque no hay revisión de nada y no sabemos qué llevan los niños a la escuela, porque los padres de familia solo los dejan en la entrada y por cualquier incidente, culpan a los compañeros”.
González de Rosas, aseguró que la responsabilidad de que sucedan agresiones al interior de las escuelas es compartida, porque las autoridades y los directivos no pueden con todo.
Por eso, señaló que la estrategia inicial, es que los padres de familia retomen desde la casa el cuidado de la mochila, para asegurar que los alumnos, solo lleven sus útiles escolares y sus alimentos, pero nada extra.
De no tomarse esas medidas iniciales, la presidenta de la FENAPAF señaló que, en las escuelas pronto tendrán alumnos que van a estar pagando por protección o por amenazar a otros estudiantes.
Aurora González, explicó que los estudiantes, pasan mucho tiempo en las escuelas, son muchas horas, y de eso, hay responsables al interior de las instituciones educativas, pero los tutores pueden ayudar a que mejore la convivencia.
Recordó que, en otros momentos, en las escuelas oficiales y particulares se tenían los dispensarios médicos y primero auxilios, en caso de ser necesario, pero hoy, esas prácticas preventivas ya no son recurrentes o son parciales.
También recordó que una práctica que fue exitosa y que debe retomarse con urgencia, es que, a las escuelas entraban los pasantes de medicina desde quinto semestre y prestaban sus servicios sociales dentro de las escuelas.
Dijo que, con eso se podría minimizar riesgos, porque es regresar a algo que ya estaba marchando bien para ayudar a los alumnos y evitar que se lastimen entre ellos.