"Aunque Morena le apuesta a definir las candidaturas a través de las encuestas que levantan en cada territorio en disputa electoral, en el Estado de Puebla será el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, el que determine al contendiente", señaló el analista político de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz.

De acuerdo con el politólogo, la simpatía de Palacio Nacional será la principal voluntad que determinará al candidato a la gubernatura de Puebla, a pesar de que se lleve a cabo la encuesta.

"Será el mandatario nacional el que termine por inclinar la balanza en el partido Morena, a pesar de que, los aspirantes ya avanzan en la búsqueda de su posicionamiento, a través de eventos públicos y espectaculares".

El académico dijo que existe un reacomodo del tablero político de Puebla, que venía advirtiéndose desde los tiempos de Miguel Barbosa, como gobernador.

Desde su análisis político, el coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Publica de la Ibero Puebla, aclaró que, esto no obedece a su fallecimiento, pero claramente su ausencia y la decisión que se tomó para nombrar al gobernador sustituto terminó por regar el agua del vaso que ya venía llenándose.

Ante eso, aseveró que se aprecia la conformación de los bandos alrededor de la figura que le quieren dar continuidad al proyecto de la cuarta transformación en Puebla, en las figuras de Alejandro Armenta Mier e Ignacio Mier Velasco.

"El senador y el diputado federal están en el tema del fortalecimiento de los posicionamientos de los aspirantes".

Alonso Muñoz, dijo que, ambos personajes están en un momento de difusión de sus proyectos y con eso, tienen presencia entre la base de Morena.

En relación con la reaparición del personaje de Fernando Manzanilla Prieto, señaló, “más allá de representar al morenovallismo, representa lo que buscó ser una clase política de transición entre los gobiernos priistas del siglo pasado e inicios de este siglo, que se resistieron a que hubiese competencia electoral y alternancia en el Estado”. 

“Representa el intento de una clase política de transición para terminar con la hegemonía priista y pensar en alternativas de gobierno con postulados, principios y orientaciones más técnicas en el abordaje de los problemas públicos, menos política de base y más política de escritorio, el gobierno de los técnicos”.

“Eso es lo que representa y por ello, es un signo que refleja esta desideologización, porque ha podido jugar con diferentes formas políticas”.

Finalmente, aseguró que no es extraño que este tipo de personajes puedan estar en diferentes gobiernos, por los cargos que ocupó y por su propio desempeño político, desde un capital y un arrastre político importante.