La multitudinaria marcha del domingo pasado en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), en la Ciudad de México y en las principales ciudades del país, es una muestra de que, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es el gran movilizador de masas a favor y en contra.

“Las mueve, sí, genera filias y fobias, porque es muy difícil permanecer en calma ante una figura como AMLO”, aseveró el politólogo de la Ibero Puebla, Miguel Calderón Chelius.

El experto explicó que AMLO genera suficientes filias y suficientes fobias como para movilizarse en un sentido o en otro, aseveró, lo que le puede jugar a favor o en contra.

“Eso podría ser lo que debilite al gobierno y al presidente, pero si no es así, me parece que vamos a vivir un gobierno que va a ser fuerte prácticamente hasta el último día del sexenio. Eso es importante, porque AMLO ha sido un político cuyo poder no solo ha venido de la investidura presidencial sino de una base popular y un arraigo que no habíamos tenido en México, “no se había tenido un político de esas características antes, que tuviera ese nivel de arraigo, de popularidad, de una base social real”.

Calderón Chelius, recordó que, se hace comparación con Lázaro Cárdenas, “pero me parece que ni siquiera Lázaro Cárdenas contó con ese arraigo, sobre todo porque son políticos de épocas distintas”.

El académico de la Ibero Puebla reveló que, en los últimos años, desde su gobierno en la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en un factor y un político con una gran base social, pero también en el símbolo de lo que representa un cambio o no en México o un cambio hacia un derrotero.

“En este momento está muy clara la movilización a favor y en contra de AMLO y lo que representa, las ecuaciones van a cambiar después de las elecciones, porque el presidente se irá poniendo en escena inevitablemente”.

Miguel Calderón, dijo que, la idea de tener todavía un porcentaje de respaldo social alto es un gran indicativo para AMLO, “se habla de una enorme popularidad, pero también de un riesgo, porque no pocas veces AMLO y su corriente de izquierda que lo respalda, se ha confiado demasiado”.

Finalmente, recordó que, en 2006 eso abrió posibilidad del fraude electoral para que Felipe Calderón llegara a la presidencia, “no debe confiarse, porque, aunque tendrá un enorme peso, no va a ser el candidato”.