Ante la guerra de marchas entre la oposición y el grupo del presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, se percibe una creciente polarización, además que condicionan a la sociedad a elegir entre dos proyectos, como si solo esas opciones existieran.

Para el analista político Cristopher Mejía Rosas, coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales del Instituto de Ciencias Jurídicas (ICI), cuando los dos grupos salen a marchar, se genera la polarización.

Y el impacto social es esa brecha ideológica, esas líneas divisorias, donde lo peor es que a los ciudadanos se les obliga a pensar en dos bloques, el obradorista y el opositor, “ya ni siquiera perteneciendo a un partido, sino al bloque opositor, ese mensaje genera tensión política”.

Destacó el hecho de que se empiece a impulsar el debate político desde la ciudadanía, es decir, si bien, cada protesta tiene su proyecto político, uno es más de reformar a las instituciones electorales y cambiar un etilo de gobierno más orientado a política social, y el otro bloque es preservar las bases democráticas, “en los dos podemos encontrar puntos de debate”.

“Hay varios puntos de discusión, como la historia que nos llevó a la crisis de partidos políticos y de partido que mantuvo la hegemonía, a partir de ahí podemos contrastar con el otro bloque reformista impulsado por el gobierno federal”.

Mejía Rosas, destacó que, existen nuevos mecanismos de participación ciudadana, mas informados y orientados a una postura de mayor inclusión, “hay que romper esos bloques de debate para encontrar otras funciones que el ciudadano puede hacer por otro proyecto más incluyente”.

El académico del ICI, dijo que, vivimos en una época de polarización política que refleja una cultura ciudadana más participativa, “en un análisis histórico, vemos que la cultura política en México tiene una crisis muy fuerte, es decir, había escasa votación electoral y escaso interés de participación política y de elegir a los representantes”.

Sin embargo, ahora hay un aumento de la participación y eso hace un cambio en la democracia, que ya no un porcentaje mínimo decide el voto no es por coyuntura de gobierno, sino que se nota en todo el mundo.

Cristopher Mejía, señaló, los ciudadanos no solo participan en orientar el voto, sino el impulsar candidatos, incluso desde la misma sociedad civil y ahí surgen figuras políticas que buscan una representación popular, “pasamos a una democracia participativa, donde el lado oscuro y negativo es la polarización política que puede generar en violencia”.

El coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas y Relaciones Internacional del ICI, dijo, una de las causas que ha generado asesinatos políticos en cuanto a candidatos y militantes es ese constante movimiento ciudadano a participar.

Por un lado, mujeres que han avanzado en el reconocimiento que ha generado una respuesta violenta de la misma masculinidad política, por eso, hay que generar reflexión ciudadana que reconozca que deben generarse mecanismos de discusión incluyentes, con espacio para la divergencia, “ese paso nos falta”.

Hay incertidumbre de la participación política de los ciudadanos, porque andamos muy confrontativos, con sectores políticos divididos y cerrados en inclusión ideológica.