En México tenemos una representación política muy mala, por ejemplo, todo el tiempo nos preguntamos que hemos hecho para merecer la clase política que tenemos y lo mismo sucede con la representación social.

A decir del politólogo de la Ibero Puebla, Miguel Calderón Chelius, las organizaciones sociales y de distinto ámbito no han sido legitimadas por nadie, sino por ellas mismas y puede ser unas buenas en lo que hacen o muy malas pueden tener buenas intenciones o malas intenciones.

Ante eso, aclaró, “simplemente estoy diciendo que no tienen esa representación que se atribuyen”. Cabe mencionar que, la representación política es el mandato otorgado por los ciudadanos a sus representantes en el Congreso de la Unión.

Por eso, dijo que, hoy, la representación ciudadana la tienen los diputados y los senadores, pero las organizaciones sociales y las organizaciones de la sociedad civil no tienen esa representación.

Sin embargo, aclaró que estas, sí tienen fuertes vínculos con ciertos sectores de la población, pero nadie los ha elegido, nadie les ha dado un voto de confianza.

Por eso, señaló, “ellos se atribuyen una representación que no tienen y en todo caso, tendrían que ganar en las urnas, porque los representantes de la sociedad son los miembros del Congreso de la Unión y de los Congresos locales".

De esa manera, el académico de esa casa de estudios jesuita aclaró que, cuando se habla de la sociedad, ahí estamos en un problema, “ahí coincido con el presidente López Obrador, cometen un exceso cuando se atribuyen la representación ciudadana”.

Lo anterior, en el sentido de que en muchas ocasiones las llamadas organizaciones de la sociedad civil, que son agrupaciones totalmente legítimas de ciudadanos por distintas causas, pero no pueden representar a toda la sociedad sino a algunos sectores.

Además, en el sistema político mexicano, tienen un problema político que se construyen sin lograr un mínimo, ya no un mayor consenso, un mínimo consenso con otras fuerzas políticas y por el lado de la otra parte del legislativo que hasta se han denominado bloque de contención.

El politólogo de la Ibero Puebla insistió en que, pueden no ser ilegítimos pero que no son legales, porque tienen derecho también a buscar esa representación, pero entonces ese es el desequilibrio que observamos en la confrontación en el que vivimos.

“Pongo un ejemplo muy sencillo, cuando vemos que algún juez el libera los recursos de algún político y que es a todas luces alguien que está comprometido con actos fraudulentos, con conductas políticas incorrectas, pero el juez lo hace enmarcado en errores de procedimiento de la Fiscalía”.

Entonces, queda la percepción que una parte muy importante de la sociedad y que simplemente se están defendiendo estos intereses ilegítimos y entonces lo que nos está funcionando es el sistema porque el modelo legal que tenemos, que es un modelo que se ajusta a la norma y que no toma en consideración otras circunstancias.