En la zona metropolitana de Puebla, se agudizan las diferencias entre clases sociales, al grado que los gobiernos politizan a los pobres y en tiempos electorales lucran con ellos, explicó el coordinador de la maestría en Hábitat y Equidad Socio-territorial de la Ibero Puebla, Zeus Manuel Rodrigo Moreno.
En entrevista con Intolerancia Diario aseguró que en la actualidad se observan desequilibrios en las colindancias entre fraccionamientos de alto costo y viviendas en pobreza.
“Esto se politiza al generarse un enfoque de negocio de la pobreza, es decir que las zonas donde menos recursos hay, donde hay más necesidades, los políticos las usan para hacer campañas para poder remover el voto a cambio de la oferta de ciertos servicios del gobierno”.
En ese escenario, dijo el académico, esa constante se observa más en los tiempos de campañas políticas, donde los candidatos y sus partidos políticos buscan el voto ciudadano, por eso, señaló “lo que hacen es jugar con las necesidades de la población para poder sacar raja política”.
Sin embargo, poco hacen o casi nada, para combatir los problemas que se presentan en las zonas más populares, donde recurren a los diferentes mecanismos para la compra de votos.
A eso, señaló el académico de la Ibero Puebla calificó estas acciones como oportunismo político.
“Así se le conoce, es decir, hay diferentes liderazgos de organizaciones sociales que acompañan a los políticos y lo que hacen es atraer el voto”.
De acuerdo con los estudios, estos líderes de las organizaciones después se vuelven candidatos, por eso, mantienen la cercanía con los ciudadanos y lograr tenerlos cautivos en términos políticos.
"Lo que hacen, es buscar las gestiones para solicitar los servicios que carecen a esos espacios de vivienda, sin embargo, lo que hacen es asegurar sus votos para que el candidato logre su cometido y gané el cargo por el que compite".
Moreno Cortés dijo que, además de los problemas de las colindancias entre zonas ricas y pobres, la exigencia de los servicios de las zonas populares es crecientes, además, se convierte en un problema político en tiempos electorales.
Por ejemplo, reconoció que es un problema muy grave de la condición social donde conviven los fraccionamientos de alto desarrollo residencial con viviendas irregulares.
“Es común como de una calle para otra puedes encontrar diferencias en infraestructura, en equipamiento, en servicio de agua y alcantarillado, y esto a la larga trae un descontento social”.
Finalmente, mencionó que los desarrollos inmobiliarios de alto costo se mantienen en crecimiento y de manera paralela también crecen las zonas colindantes de pobreza.