Una década después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, las ideologías que motivaron los ataques “siguen suponiendo una amenaza” para el mundo, pese a la “rápida respuesta” que se dio contra el terrorismo, afirmaron hoy aquí las máximas autoridades de la Unión Europea (UE).

En un comunicado conjunto con motivo del décimo aniversario del 11-S, los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, señalaron la importancia de “continuar combatiendo la radicalización y el reclutamiento de nuevos terroristas”.

“Es por eso que Europa sigue del lado de nuestros amigos y aliados en la lucha global contra las redes terroristas y su columna económica”, dijeron los altos funcionarios.

“Manteniendo la vigilancia, Europa continua a avanzar en el refuerzo de la cooperación en materia de aplicación de leyes, en la protección de nuestros sistemas de transportes e infraestructuras críticas, y en la asistencia a nuestros ciudadanos”, agregaron.

Para Van Rompuy y Barroso, el rápido consenso logrado en la Asamblea General de las Naciones Unidas respecto a la estrategia global contra el terrorismo es prueba de que “el mundo está unido en esto sin distinción de religión u otros factores”.

Los líderes europeos también resaltaron que la llamada Primavera Árabe -la reciente oleada de manifestaciones populares en los países árabes- supuso “una fuerte señal por la libertad y la democracia”.

“Esta es la respuesta más fuerte al odio y al fanatismo ciego de los crímenes del 11 de septiembre”, valoraron.

A su juicio, la mejor manera de vencer el terrorismo y mejorar la seguridad a nivel internacional es a través de la promoción del estado de derecho, los derechos humanos y la democracia, y de la creación de oportunidades económicas y educativas.