La Antorcha Guadalupana fue bienvenida en la región Mixteca de Puebla, en la que se está haciendo promoción al voto de migrantes en Estados Unidos, dando mensaje de dignidad y mejora de los derechos de los paisanos, así como una “migración sin violencia”.
A diez años de su creación, la Carrera de la Antorcha Guadalupana llegó desde el 12 de octubre a las regiones de la Mixteca oaxaqueña y poblana, como parte del recorrido que abarcará nueve estados de la República mexicana.
Desde el 1 de octubre inició su recorrido en la ciudad de México, el 12 llegó a la población de Huajuapan de León y este fin de semana visitó Tepexi de Rodríguez, Acatlán, Coatzingo, Zacapala y pernoctó este sábado en Izúcar de Matamoros.
En todos los poblados la comitiva migrante pugna por la defensa de los derechos de los migrantes para que sean nacionalizados, petición que se ha presentado desde hace diez años.
En esta ocasión, la Antorcha Guadalupana México-Nueva York 2011 porta el lema “Mensajeros por la dignidad de un pueblo dividido por la frontera”, además se promueve el voto para las elecciones presidenciales del 2012.
Salvador Guadalupe Herrera Estrada, coordinador de la carrera, informó que en algunas localidades se efectuará una misa con la participación de sacerdotes de las regiones, por lo que pidió a los asistentes lleven una fotografía de sus familiares que radican en la unión americana.
Dura carrera
En Acatlán de Osorio fue recibida con júbilo y la fe de los católicos, así como por el párroco de la iglesia del calvario del barrio de San Rafael, Armando Romo Sánchez.
Desde su salida el 1 de octubre de la basílica de Guadalupe en la ciudad de México, peregrinos la han acompañado en Toluca, México, Morelos, Guerrero y ahora Puebla.
Araceli Almague, migrante proveniente de Texas, Estados Unidos, señaló que lo más importante de la travesía es dar un mensaje de esperanza y peticiones a la misma Virgen, porque cuide a los mexicanos que intentan mejorar su vida lejos de su país.
“Represento a toda la gente en Estados Unidos, quienes pedimos un migración justa y un México sin violencia, significa mucha fe, he encontrado mucha gente que no la están pasando bien”, explicó.
En la mayoría de los lugares es recibida con porras, lágrimas y cantos a la Virgen de Guadalupe, además de constantes rezos en favor de los migrantes.
La mayoría de las personas que dan la bienvenida son adultas y menores de edad, quienes al paso de la imagen de la Virgen de Guadalupe, cierran los ojos para persignarse con gran devoción, en algunos casos llegando al llanto por la emoción, al tiempo que otros lanzan confeti y pétalos de flores.
En Izúcar de Matamoros las personas guardaron un minuto de silencio por todos aquellos que fueron y regresaron de Estados Unidos, de quienes no se sabe nada, así como los que permanecen en el territorio americano, ya sea detenidos por un delito o hasta secuestrados en la frontera.
Por dignidad
“Mensajeros por la dignidad de un pueblo dividido por la frontera” es el lema que utilizan, pero no todo se queda en la marcha, sino que mientras se lleva a cabo el recorrido entre oraciones un grupo de activistas de la Asociación Tepeyac, visitará a congresistas en Washington para abogar por la aprobación del “Acta del Sueño” y de medidas en favor de los indocumentados.
“Un grupo de desarrollo de líderes de Tepeyac visitará a los congresistas el 26 de octubre, y se manifestarán en la Casa Blanca para pedir al presidente Barack Obama que use sus facultades ejecutivas para activar la ley 245 I, que legalizaría a miembros de familias en que uno de ellos es ciudadano, el esposo o la esposa”, señaló Joel Magallán, director ejecutivo de Tepeyac.
“Para los mexicanos la Virgen es nuestra madre y por ello es muy significativo que ella venga a visitarnos. Es importante para aquellos inmigrantes que no pueden ir a México a visitarla”, dijo Paloma Arias, residente de Nueva Jersey.
“Es traer un pedacito de nuestro país aquí”, agregó al señalar que traerá mucha esperanza para muchos inmigrantes que necesitan una reforma en las leyes migratorias de esta nación. “Es sentir que la Virgen está de nuestro lado”, acotó.
Según Tepeyac, con la visita de la Guadalupana anualmente se han movilizado alrededor de 7 mil jóvenes, que aunque se han vuelto “visibles” y han perdido el temor a que el servicio de inmigración los detenga al participar como corredores, se han integrado a los grupos que organizan la carrera.
Además los jóvenes participan en programas educativos que organizan tanto las iglesias como diversas organizaciones cívicas.
Se han formado diversos grupos culturales de niños, jóvenes y adultos, que con la intención de honrar a la Virgen de Guadalupe en la carrera, se reúnen más frecuentemente para practicar y eso provoca un proceso de organización de comunidades y aparición y fortalecimiento de sus líderes.
En diversas regiones como Carolina del Norte y Virginia, Washington y Maryland, se han comenzado a formar coaliciones de poblados que empiezan a trabajar en favor de los derechos civiles de los inmigrantes y por la legalización.
En la frontera ahora existe el grupo Tepeyac Walk Brownsville, que está apoyando a los estudiantes que desean conseguir educación superior y luchan por su legalización.
Cómo inicia
Fernando Juárez Miranda, coordinador general de la carrera, informó que la carrera nació gracias a la inquietud de monseñor Alejo Zavala Castro y Diego Monroy, ambos en la unión americana, quienes se preguntaron por qué si la antorcha es mexicana no sale del corazón de todos los mexicanos.
En 2001 inició con el apoyo de la Asociación del Tepeyac en Nueva York, empezó a organizarse la carrera comenzando con 3 mil participantes con tan sólo 29 días para salir desde la Basílica de Guadalupe hasta llegar a Nueva York, la que apenas había sufrido los atentados, por lo que muchos mexicanos necesitaban de un mensaje de esperanza.
Para 2011 son más de 8 mil participantes y debido a que cada año se extiende la carrera, ahora son 72 días para llegar a su destino, pasando por nueve estados de la República mexicana más los tres en los Estados Unidos.