En el área aledaña a la zona arqueológica de Cantona, ubicada en el municipio de Tepeyahualco, cientos de visitantes nacionales e internacionales celebran diversos ritos para recibir la nueva era que marcaron los antiguos mayas.

Dentro del Congreso Internacional de Sabiduría Ancestral "Fuego Nuevo" cientos de visitantes, algunos vestidos con ropa blanca, otros con ligeras prendas de piel, y los menos con ropa casual, se concentraron desde las primeras horas para hacer rituales de oración y danzas para celebrar la alineación de los planetas.

Música prehispánica, incienso, fuego, penachos y oraciones fueron los elementos principales en estas ceremonias que comenzaron poco después de las 6:00 horas, pues a decir de los guías, las primeras horas del día son propicias para mantener una comunicación entre los hombres y la madre naturaleza.

Los asistentes, más allá de tener temor a las profecías del fin del mundo, se mostraron abiertos para generar cambios en su vida cotidiana. Así lo expresó Pamela Polo, originaria del Perú, quien dijo que este solsticio de invierno es una gran oportunidad para generar y hacer un hábito acciones positivas para su persona y entorno.

En esta zona arqueológica, donde durante la víspera se desarrollaron nueve mesas simultáneas en las que se tocaron temas relacionados con educación, arte, cultura, ciencia, sabiduría ancestral, ecología y medicina alternativa, es constante el desfile de personas que hacen diversos rituales para generar cambios en su vida.

Acamapichtli García Castillo, encargado de la mesa de Cultura, refirió que la toma de conciencia debe empezar por retomar los valores familiares y reconocer las raíces que dieron vida al país, ya que son parte fundamental para que las nuevas generaciones fomenten y mantengan los derechos de la tierra.

Asimismo, García Castillo destacó que a través de la cultura se deben formar maestros y maestras, guardianes del conocimiento sagrado y de la madre tierra, con el objetivo de conservar sus valores, raíces y costumbres.

En este evento se han dado cita aproximadamente 300 personas de 52 países y 25 culturas ancestrales mesoamericanas, además de médicos, sanadores, químicos, biólogos, físicos, educadores, artistas, estudiantes, arqueo astrónomos, filósofos y académicos.

Así como visionarios, guías espirituales, ambientalistas, científicos, tecnológicos, humanistas, gobernantes y abuelos de sabiduría universal ancestral, todos compartiendo su esencia, corazón visión, experiencia y sabiduría para contribuir en el asentamiento de una cultura universal.