“¡Sólo la representación de Iztapalapa se puede comparar a la nuestra!”, sentenció a gritos motivadores el doctor Jorge Morales, al comenzar los ensayos para la puesta en escena de la Pasión de Cristo en la junta auxiliar Romero Vargas.

Desde este domingo todo se encuentra listo para la puesta en escena número 53 de la Pasión de Cristo en la junta auxiliar Romero Vargas, en la que participarán más de 500 actores y 50 personas para la producción.

Más de 100 personas se juntaron este fin de semana en la casa del doctor Jorge Morales para ensayar y estar listos para el próximo viernes, cada uno integrado en su papel, desde Cristo hasta los esclavos.

Jorge Morales se caracterizó por 50 años consecutivos como Jesucristo, tras una promesa hecha a Dios para realizar la representación, la que ha ido creciendo en número de actores, año con año.

Ahora “el doctor”, como es conocido y apreciado en el pueblo, es el director de la misma, la que desde hace unos días ensayan en el patio trasero de su casa, mientras su sobrino Heriberto Morales, interpretada a Jesús por tercer y último año consecutivo.

A partir de 2014, el papel principal lo harán distintos actores por tres años seguidos, para evitar críticas.

La representación de la Pasión de Cristo es una de las más representativas y con mayor fama en el estado de Puebla, la que presencian más de 20 mil personas tan sólo el Viernes Santo y cifra similar desde el jueves por la noche.

Entre las representaciones que más destacan y que se han dado a conocer a nivel nacional e internacional, están la realizada en Pueblo Nuevo o la colonia Romero Vargas, así como la de San Andrés Calpan y algunas de la Sierra Norte.

La preparación
Durante 3 meses Heriberto ensayó todos los domingos de 3 a 6 de la tarde al lado de los actores, para transmitirles la vida y pasión de Cristo a los cerca de 20 mil asistentes que se esperan para este viernes.

Contra viento, marea y hasta decepciones contra Dios, Jorge Morales Flores logró cumplir su promesa de personificar a Jesucristo durante 50 años en la representación de la Pasión en Pueblo Nuevo.

Sin embargo, y a pesar de algunas voces en contra, heredará el papel a su sobrino, lo que ha despertado una serie se criticas y más cuando fue seleccionado por otros familiares miembros del comité.

A diferencia de aquel 1960 cuando irradiaba juventud, su rostro cansado y curtido por el pasar de los años cuenta a Intolerancia Diario algunos de los mejores y los peores momentos en este medio siglo.

—¿Alguna vez dudó hacer los 50 años?

—No, porque me lo había dicho Jesús mismo, ya había hablado con Cristo, tuve cinco sueños y en esos sueños realmente estaba seguro por lo que me había dicho, y todo lo que me dijo todo se ha cumplido.

”Él me dijo: ve esos caminos, parecerán hormigas, entrarán por todos lados, fue cuando la comisión dudaba en 1960, me decían: oye, vendrá gente, y llegaron por todos los caminos, desde Cuautlancingo hasta por La Soledad.

”Ese día vi como llegaba la gente por todos lados para ver la procesión, y se veía como llegaba la gente para estar en la primera representación.

”Otra cosa es cuando me marcó el recorrido que iba a hacer, como iba a ser el Vía Crucis, así es exactamente ahora.

”Desde chamaco hasta ahora es la misma cruz, lo que hemos hecho es tener mucha preparación tanto física como espiritual y psicológica para llegar a eso, porque a estas alturas hay que tener mucha fortaleza para llegar allá.”
 
Anécdotas de fe
El “doctor” relata dos de muchas anécdotas en este medio siglo, donde le impactaron que la fe de los fieles hizo que enfermos se curaran.

“Hace como 10 años, antes del encuentro con la Virgen, estaba una señora cargando un niño, lloraba y gritaba la mujer, pero la policía la sacó porque se iba atravesar, entonces fueron mis hermanos y le permitieron el paso.

”La señora se hincó a mi lado y tomó la sangre que se embarra en la cruz y con mi mano empezó a limpiar a su hijo, se hizo una escena improvisada, después de eso se fue tranquila.

”A los dos meses, la misma mujer llegó al consultorio donde me dijo que iba a darme las gracias porque el niño se alivió, ya que no estaba enfermo. Le dije: denle gracias a Dios, a Cristo, porque él fue el que curó a su niño, yo soy sólo un actor.

”Al siguiente año, allá en la cruz, una mujer desafiando a la policía se jaloneó, gritó y logró llegar a la cruz, ahí se quedó abrazándola llorando. Después ya no la podían quitar, ahí estuvo mucho tiempo, la sangre derramada la tomaba y se persignaba y se limpiaba.

”Acabó la actuación, seguía todavía la mujer abrazada a la cruz. Luego pasaron como ocho días cuando vino a verme a darme las gracias.

”Me dijo: soy la señora que dicen que estaba loca pero a mí me nació pedir que me curara, que me aliviara y mejoré, tenia una enfermedad muy difícil y ahora estoy muy mejorada, me dijo.”

Explicó que la mujer tenía una enfermedad grasosa en el hígado que le causa muchos problemas, pero después de lo que hizo en la cruz los médicos mediante estudios le dijeron que estaba mejor.

“Estos hechos me aferraron más a la actuación, a hacerlo mejor, con más fe, con más fervor, entonces tengo mucha vivencia que son los 50 años.”

En 1965 estuvo a punto de no hacer más el papel ante la muerte de su hermano más querido, quien falleció días antes de la Semana Santa por un mal en el riñón, lo que lo deprimió y decepcionó de Dios por no haberlo salvado.

“El que me costeó mi carrera de médico y falleció a la edad de 27 años, fue el primer hermano que creyó en mí para fundar la Pasión de Cristo y el fue el primer narrador, y de la obra el que me ayudaba a dirigir.

”Mi hermano Fidencio Morales Flores, era un astro para hablar, incluso para narrar y era su brazo derecho para mí.

”Cuando fallece estaba muy lastimado y herido, y no quería actuar, le dije a la comisión que no lo iba a hacer jamás. Es que me debilité mucho y les dije que no iba a actuar, aunque me cuestionaban como iba a dejar una obra soñada.

”Fue entonces cuando me vino otro sueño, donde vi a mucha gente celebrando la crucifixión, pero veo a mi hermano que era al que iban a crucificar.

”Entonces que le grito: ‘¡Tú no, tú no!’, pero ya estaba tendido en la cruz junto con varios actores; él me contestó: lo voy a hacer yo, tú no quieres hacerlo, entonces le prometí que no desistiría”, dijo con lagrimas asomándose en los ojos.

“Lo levanté, que me quito la camisa y la ropa, entonces mi hermano muerto me preguntó cuanto tiempo lo haría que tiempo, ahí le prometí a Dios y a mi hermano que lo iba a hacer 50 años. Y gracias a Dios ya llegué.”

Jorge Morales está por editar dos libros con la editorial Porrúa, el primero de ellos el de Eterno redentor, que es la obra presentada año con año con más de 500 actores.

El segundo es su biografía, para lo cual lleva más de la mitad escrita, por lo que espera que en la Semana Santa próxima logre presentarlo.

“Yo soy el autor del libro Eterno redentor, tengo su certificado, derecho de autor, voy a seguir escribiendo argumentos no solamente para el cuadro, sino para libros y voy a escribir más.”

—¿Está tranquilo espiritualmente?

—Puedo morir tranquilo porque cumplí, hay gente que no llegaron a realizar ni a cumplir, quedaron truncados, por ejemplo mucha gente no llegó, ya no les dio tiempo hacerlo.

”Sin embargo, a mí Dios me ha dado tanta fortaleza, vida y lucidez para estar activo, no lentes para leer, estoy lucido trabajando como médico todo los días”, dijo.