Durante la renovación de los votos sacerdotales por parte de los ministros de la Arquidiócesis de Puebla, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa los llamó a ser un ejemplo para la feligresía e indicó que ellos deben mantener el camino evangelizador, además reconoció el papel del hoy obispo auxiliar de Tlapa, Dagoberto Sosa Arriaga, quien fue despedido por sus compañeros en Catedral.
Entre cantos y rezos en el martes santo, Sánchez Espinosa hizo un llamado a los sacerdotes a mantener una imagen ejemplar, sin embargo reconoció que hay quienes lamentablemente “la han manchado” y ahora lo que el mundo reclama es la penitencia por los hermanos que han pecado, esto durante la misa Crismal en la Basílica Catedral donde se reunieron al menos dos mil fieles que acudieron a acompañar a los ministros de sus templos.
En un acto de contrición el arzobispo advirtió que no todos respetan la castidad, sin embargo les pidió que no tengan miedo de ejercer el sacerdocio y aclaró que se “ha manchado” la imagen de la Iglesia y en la mayoría de las ocasiones ha sido difamada injustamente.
Exhortó a los ministros reunidos en la Catedral a que reconozcan culpa y pecados, pues lo que el mundo reclama es la penitencia por los hermanos que han pecado.
Ante más de 300 sacerdotes, lamentó este tipo de situaciones y escándalos que se han presentado, pero aseguró que lo más importante es la convicción para ejercer el ministerio.
El arzobispo dijo a los ministros católicos que sigan con el compromiso que asumieron cuando fueron ordenados, que es el de seguir siendo fieles a su vocación, que difundan la palabra de Dios y apoyen a sus hermanos.
Aclaró que la Iglesia es humana y pecadora, y es ahí el llamado para sacerdotes y fieles para que luchen a fin de vencer las tentaciones.
Acompañado de los obispos Eugenio Lira Rugarcía, hoy secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y Dagoberto Sosa Arriaga, obispo de Tlapa, el líder de la grey católica en Puebla pidió por primera vez en una ceremonia de Semana Santa por el papa Francisco y que su pontificado sea iluminado.
Comentó que la renovación de las promesas sacerdotales implica esa obediencia al pontífice para seguir el apostolado que marcó Jesús hace más de dos mil años.
Explicó que en Puebla la misa Crismal se trasladó para el martes a fin de que los sacerdotes puedan estar con sus fieles el Jueves Santo, cuando se recuerda la Institución de la Eucaristía.
La ceremonia sirvió de despedida para el obispo auxiliar Dagoberto Sosa, quien por última vez estuvo con sus compañeros sacerdotes.
La bendición
Posteriormente, en la ceremonia se realizó la bendición del “Óleo de los Catecúmenos” que sirve para ungir a los que serán bautizados, su significado es que Jesucristo les dará la fuerza necesaria para enfrentarse a las tentaciones, mientras el “Óleo de los Enfermos” es para quienes padecen una enfermedad, o bien se encuentran en peligro de morir.
Agregó que este óleo representa que Jesús está con ellos en los momentos más difíciles, y es necesario que haya fe en él para salir adelante.
En tanto el Crisma, que es una mezcla de aceite de oliva y especias aromáticas, se usa para ungir a quienes han sido bautizados pero además a los sacerdotes y obispos, para recordarles que tienen una misión que cumplir.
Dentro del ritual se explicó que en el caso del Crisma se hace la consagración por lo que en la urna el arzobispo sopla al interior tres veces en forma de cruz.