El Papa emérito Benedicto XVI rompió el silencio al cual él mismo se retiró desde su renuncia al pontificado, poco más de un año atrás, y recordó a su predecesor, Juan Pablo II, en una entrevista.
El largo coloquio entre Joseph Ratzinger y el periodista Wlodzimierz Redzioch es parte del libro “Junto a Juan Pablo II. Los amigos y colaboradores cuentan” que recopila 21 entrevistas con 21 personas cercanas al beato Karol Wojtyla, que será declarado santo el 27 de abril próximo.
"Me parecía cada vez más claro, en los años que colaboré con él, que Juan Pablo II era un santo”, sostuvo el pontífice emérito en un extracto del libro anticipado este viernes.
En el texto Benedicto rememoró su primer encuentro con Wojtyla, en el Cónclave durante el cual fue elegido Juan Pablo II en 1978 y aseguró que, desde el inicio, sintió una “gran veneración y una simpatía cordial” por el entonces arzobispo de Cracovia.
“En el pre-cónclave de 1978 él analizó para nosotros de forma asombrosa la naturaleza del marxismo. Pero sobre todo percibí en seguida con fuerza la fascinación humana que él emanaba y, de como rezaba, advertí cuan profundamente estaba unido a Dios”, apuntó.
Reveló también que, ya como Papa, Juan Pablo le llamó porque quería nombrarle prefecto de la Congregación para la Educación Católica pero él rechazó. Finalmente en 1981 aceptó hacerse cargo de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano.
En la entrevista Ratzinger sostuvo que uno de los problemas más importantes que le tocó afrontar fue la Teología de la Liberación, una corriente de pensamiento que se difundió en los años 70 y 80 en América Latina.
Aseguró que esa teología pretendía convertir a la fe cristiana como “motor de un movimiento revolucionario” y transformarla en una “fuerza de tipo político” porque las tradiciones religiosas eran puestas “al servicio de la acción política”.